“Me reuniré con todos, críticos y no críticos, para rebajar la tensión”

La difusión del informe policial que implica supuestamente al PSC en la grabación a Alicia Sánchez-Camacho ha acabado por completar la semana horribilis de los socialistas catalanes. Los dos sectores, el alineado con la dirección y la corriente catalanista, se han pasado siete días lanzándose graves acusaciones a través de artículos de opinión en los que han aireado impúdicamente su fractura interna. En una entrevista a Efe, Pere Navarro, primer secretario del PSC, avanzó que se reunirá en las próximas semanas con todos los sectores “críticos y no” para “rebajar la tensión” y buscar “espacios comunes”.

Tras varios días de silencio, Navarro intenta imponer la calma después de que el alcalde de Cornellà, Antonio Balmón, considerado su mano derecha, invitara a destacados exdirigentes del partido, del sector catalanista, a irse. Balmón les tildó de “profesionales de la polvareda” y dijo que “sobraban” no por sus ideas, sino por atacar sin tregua al PSC por razones de vanidad. Balmón aludió a los exconsejeros Joaquim Nadal, Marina Geli y al alcalde de Lleida, Àngel Ros. Lejos de retractarse, Balmón dijo días después estar “harto” de las lecciones de Montserrat Tura. El grado de fractura es tal que un mensaje de Jordi Martí, líder del PSC de Barcelona, colgado en su cuenta de Twitter, da idea del estado de las cosas: “No caben en el PSC los que puedan haber espiado a los adversarios”.

La ejecutiva del PSC se reunirá el lunes y Navarro confía en conciliar a dos sectores enfrentados por el proceso soberanista. La idea del primer secretario es conjugar los puntos en común que comparten como la defensa sin paliativos del Estado de bien-estar y de la justicia social. “Tenemos que dejar de hablar de nosotros mismos y presentar propuestas a la sociedad”, arguyó Navarro, que ya el jueves hizo un llamamiento a la unidad y respeto a las decisiones de la dirección.

En ese sentido, el líder del PSC pidió a los críticos que fueran “coherentes” al recordar que el Consejo Nacional del PSC, máximo órgano entre congresos, aprobó casi por unanimidad —un voto en contra y dos abstenciones— la denominada Declaración de Granada, que recoge la propuesta de reforma federal de la Constitución aprobada por el PSOE. Navarro omitió en su reproche que los críticos, contrarios a ese texto, no participaron en la votación en señal de protesta.

"A los que dejan el PSC, les diría que piensen dónde pueden tener la fuerza suficiente para cambiar la sociedad" Pere Navarro

No caben en el PSC  los que puedan haber espiado a los adversarios”, dice Jordi Martí en Twitter

El sector catalanista, reunido en gran parte en la corriente Forum Civic-Agrupament, defiende que Cataluña se dote de un instrumento jurídico para organizar el referéndum. Su hoja de ruta pasa por un pacto de soberanías de igual a igual entre España y Cataluña y reclaman un consenso entre federalistas, confederalistas e independentistas para lograr un Estado propio, “sea independiente o no”. La fractura se reflejará en la Diada: la cúpula se opone a la cadena humana, mientras muchos militantes catalanistas piensan asistir.

Navarro disiente de las formas del artículo de Balmón por razones de oportunidad y haber dado nombres y apellidos. Pero deplora que los críticos cuestionen en público a la dirección cuando callan en las ejecutivas. En la entrevista, Navarro consideró “incongruente” que puedan acudir el mismo mes a la cadena humana y a la Fiesta de la Rosa del PSC en la que se reivindicará el federalismo. La tensión ha provocado que muchos militantes, algunos de ellos históricos, como el expresidente de la Diputación de Barcelona, Antoni Dalmau, se hayan dado de baja y Navarro les trasladó esta reflexión: “Que piensen a qué partido pueden ir para cambiar la sociedad. El encaje de Cataluña en España es importante, pero también lo es una alternativa a los Gobiernos de derecha que destruyen los servicios sociales. Y la única es el PSC”.