Un antidisturbios y un tuerto por bala de goma abren la nueva temporada del Barts

Todo comienza con el reencuentro de dos amigas y una sencilla cena. Pero lo que parece el inicio de una comedia costumbrista se agria cuando se descubre quiénes son los acompañantes de estas dos mujeres: uno, un manifestante tuerto por una bala de goma; el otro, el antidisturbio que le hirió. El rei borni plantea esta incómoda cena que podría sentar las bases para un drama pero que se convierte en humor gracias a la pericia de Marc Crehuet, que escribe y dirige la obra. “Es una comedia negra: nunca dejamos de hacer reír, pero hay un importante componente de reflexión”, explica sobre su criatura.

Quienes se quedaron con ganas de ver El rei borni la pasada primavera tienen, ahora, una segunda oportunidad en la sala Barts que abre su temporada con esta obra. La insólita relación entre los dos personajes principales agotó rápidamente las localidades en las salas en las que se representó: la Flyhard de Barcelona y el Teatro Lara de Madrid, ambas de pequeño formato.

Para conservar la atmósfera intima, los responsables de El rei borni han prescindido de la disposición original de la sala Barts y han mantenido el montaje escénico de la obra bajando el escenario a la platea y rodeándolo de público por los cuatro costados. La pieza se representará hasta el 12 de septiembre, tras lo cual viajará a la Sala Mirador de Madrid.

Crehuet se ha inspirado en casos reales para desarrollar la pieza, aunque fue escrita antes del mediático caso de Esther Quintana. Es precisamente este componente social lo que dificultó la creación de la obra en un primer momento: “Me daba miedo hacer un panfleto y me preguntaba cómo posicionarme respecto a este tema”, aclara el director.

El rei borni huye de los tópicos y difumina la frontera entre buenos y malos. “Quienes vienen a verla dicen que tras una hora y media empatizan con el personaje del policía, quien a priori es el que crea más rechazo”, afirma Miki Esparbé, que encarna al herido.