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TEATRO
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

En un mar de celos

Los actores de la compañía chilena Viajeinmóvil interpretan a un personaje mientras ponen voz a otro, encarnado por un maniquí, en un ‘Otelo’ subyugante

Javier Vallejo

Vuela el tiempo, pero no se despinta la memoria de Gemelos, espectáculo artesanal emocionalmente devastador que nos hizo tenerle ley para siempre a cada uno de los tres integrantes de La Troppa, compañía chilena que en 2006 se dividió: el trío es una unidad de convivencia difícil. Juan Carlos Zagal y Laura Pizarro crearon Teatro Cinema, y Jaime Lorca, Viajeinmóvil (con Teresita Iacobelli), compañía que estrenó anoche en el Festival Fringe una refundición de Otelo en la que la relación del protagonista con Desdémona aparece como un caso contemporáneo de violencia doméstica, y Yago, como alguien que hace el mal por gusto: un verdadero psicópata.

Hay algo subyugante y profundamente esquizoide en ese desdoblamiento continuo, característico de la virtuosa interpretación de Lorca (que mientras encarna a Yago, le presta su voz a una cabeza de maniquí negra, la cual, manipulada por el propio actor, representa a Otelo) y la de Iacobelli, actriz titiritera capaz de seguir interpretando a Emilia, esposa de Yago, mientras le pone voz a Desdémona, representada por una cabeza y por sendos pies y pantorrillas de maniquí, manejados con maestría.

OTELO

A partir de la obra de Shakespeare. Adaptación y dirección: Teresita Iacobelli, Christian Ortega y Jaime Lorca. Intérpretes: J. Lorca y T. Iacobelli. Música: Juan Salinas. Vestuario: Loreto Monsalve. Luz: Tito Velásquez. Compañía: Viajeinmóvil. Matadero (Plató Cineteca). 10 y 11 de julio.

Combinando eficazmente el teatro visual y de objetos con el de actores, la manipulación de muñecos con la ventriloquía, el arte de la comedia con la commedia dell’arte, este Otelo no da tregua al espectador y le deja con ganas de ver nuevos espectáculos de los ex integrantes de La Troppa, que llevaban más de una década sin actuar en Madrid y que si están aquí ahora, como otras compañías extranjeras, es aprovechando que tienen actuaciones a caché en otros festivales españoles, porque en el Fringe se va a una parte de la taquilla.

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Sobre la firma

Javier Vallejo
Crítico teatral de EL PAÍS. Escribió sobre artes escénicas en Tentaciones y EP3. Antes fue redactor de 'El Independiente' y 'El Público', donde ejerció la crítica teatral. Es licenciado en Psicología, en Interpretación por la RESAD y premio Paco Rabal de Periodismo Cultural. Ha comisariado para La Casa Encendida el ciclo ‘Mujeres a Pie de Guerra’.

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