La Ciudad de las Lenguas todavía es un proyecto sin ninguna financiación

Ocho años después de que se hablara por primera vez de la Ciudad de las Lenguas, el proyecto de turismo idiomático que debía revitalizar la costa castellonense, el plan sigue siendo humo y el Ayuntamiento de Castellón, en boca ahora del alcalde Alfonso Bataller, continua haciendo castillos en el aire con nuevas cifras y previsiones. El regidor presentó ayer el plan de negocio (un nuevo estudio que deja en papel mojado el máster plan de 2010) para este proyecto a pesar de que el consistorio no dispone de los terrenos para ejecutarlo, la Generalitat no ha comprometido el gasto ni existen socios privados que se sumen a la iniciativa. La redefinición supone, en la práctica, que será ahora la inversión pública la que asuma la mayor carga al perdonar 114 millones de inversión privada y descartar la construcción de hoteles, restaurantes, zonas deportivas, discotecas, etc. El proyecto se fundamenta además en infraestructuras como el aeropuerto y la llegada del AVE.

El máster plan de 2010 presentó un megaproyecto de 231 millones para construir todo tipo de infraestructuras con una inversión privada del 60% (142 millones). El plan de negocios presentado ayer, realizado para poder garantizar su viabilidad, supone que para ejecutar el proyecto idiomático ideado en 2005 será la Generalitat la que absorba ahora la mayor parte de la inversión: el 71% del total. El nuevo documento ha rediseñado una Ciudad de las Lenguas con 134 millones de euros menos. El mayor ahorro no es del capital público. El plan actual prevé una inversión de la Generalitat de 67 millones iniciales y solo 14 de capital privado para arrancar. El proyecto final costará 97 millones, de los cuales 69 (71%) serán públicos. La nueva cifra responde a la eliminación de la mayor parte de la infraestructura extraacadémica.

La mayor parte de la inversión deja de ser privada. Ahora pagará el Consell

El alcalde de Castellón, Alfonso Bataller, manifestó que el objetivo es “posicionar a Castellón en este tipo de atractivo turístico y ser referente en la enseñanza de idiomas”. Aseguró que la previsión es atraer a 22.000 estudiantes en los primeros cinco años y conseguir un volumen de negocio de 68 millones en el mismo tiempo. También situó en diez años el plazo en el que se recuperaría la inversión pública y apuntó que el proyecto iría creciendo a medida que hubiera más demanda.

Pero, de momento, todo no son más que ilusiones. El Ayuntamiento todavía debe hacerse con la titularidad de los terrenos donde se proyecta la Ciudad de las Lenguas y que ahora acoge al Aeroclub. El equipo de gobierno ordenó el desalojo de los terrenos a partir del pasado día 1, pero un juzgado ha paralizado el desahucio hasta que el proyecto no sea realmente ejecutable.

Preguntado sobre si existe hoy por hoy un compromiso del Consell para desembolsar los 69 millones de euros, el regidor dijo que no. Desde el gabinete aclararon que el compromiso es verbal y que habrá que esperar a tiempos mejores. De hecho, Bataller habló de la siguiente legislatura y también desde la Generalitat han apoyado expresamente la realización de la Ciudad de las Lenguas rebautizada ahora como Proyecto de turismo idiomático.

Sin embargo, tampoco hay una definición exacta de lo que se piensa realizar. El alcalde habló de reducir a dos edificios el proyecto inicial “o lo que se pueda hacer” con los 69 millones de inversión pública. “Confío en unos años tener la capacidad de volver a endeudarnos y llevar a cabo proyectos”, dijo.

A pesar de todas las incógnitas que existen después de ocho años hablando de este megaproyecto, Bataller lo defendió asegurando que “es un proyecto asumible y rentable económicamente”.