Un imputado en el ‘caso ITV’ admite que pagó 12.000 euros a un amigo de Pujol

El empresario de las ITV Ricard Puignou admitió ayer que pagó 12.000 euros a un empresario y amigo íntimo del número dos de Convergència Democràtica de Catalunya, Oriol Pujol Ferrusola. En su declaración como imputado ante el juez por el caso ITV de presunto amaño en las adjudicaciones de estaciones de control de vehículos, Puignou reconoció haber contratado a Sergi Alsina, amigo de Pujol, para que le asesorara. Puignou quiso que Alsina le ayudase a defender un modelo que evitara la liberalización de las estaciones de inspección.

El contrato entre ambos empresarios incluía conceptos muy diversos, sostuvo Puignou. Por ejemplo, contemplaba la posibilidad de encontrar socios financieros para sus proyectos. Puignou y Alsina llegaron a hablar de la posibilidad de promover proyectos legislativos orientados a impedir que, tal como prevé la directiva de la UE, se liberalizase el sector.

Puignou negó que buscara una influencia política por la intensa amistad que une a Alsina y al dirigente nacionalista, también imputado en el caso. De hecho, el empresario dijo que ignoraba esa relación tan cercana.

El imputado declaró ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña por su presunta participación en la trama que intentó amañar concursos públicos de ITV. El empresario administra la empresa Certio, una de las impugnó las adjudicaciones del tripartito. Puignou explicó que, pese a ser él mismo un experto en las ITV, contrató a Alsina porque era un gran negociador. No actuó, dijo, movido por interés particular, sino para beneficiar al sector.

Por su parte, Isidre Masalles, que también compareció ayer ante el juez, dijo sentirse “cansado” de que el hombre designado por el Gobierno catalán como “pacificador” del belicoso sector de las ITV, Josep Tous, le insistiera en imponer su criterio. Masalles, subdirector de Seguridad Industrial de la Generalitat pese a estar imputado, declaró ayer ante el juez que investiga el caso IT. Masalles subrayó que, pese a la insistencia de Tous, que le llamaba por teléfono incansablemente —así queda reflejado en el sumario del caso— él tomó sus propias decisiones.

Masalles negó cualquier complicidad con la trama de presunta corrupción y afirmó que se limitaba a escuchar, paciente, las opiniones de Tous, según fuentes judiciales. El subdirector de Seguridad Industrial remachó que sus decisiones no estuvieron condicionadas por las sugerencias de Tous y que asumió tesis contrarias a las del mediador en dos asuntos clave. Uno de ellos es la autorización a Itevelesa, una empresa del sector, para impulsar sus estaciones de ITV. El otro es la revisión de oficio de todas las adjudicaciones para diseñar un nuevo mapa: Tous era partidario de acometerlo; Masalles, no. Tenían una relación de “confianza”, pero Tous no le daba “órdenes”, precisó.

En su primera declaración ante la juez de instrucción, Masalles explicó que, en su opinión, el exsecretario del Gobierno catalán y actual consejero de Justicia, Germà Gordó, fue el responsable del nombramiento de Tous para controlar el sector de las ITV. Masalles aclaró ayer que no se refería personalmente a Gordó, sino que era una forma de hablar, genéricamente, del ejecutivo de Artur Mas. Sobre su propio nombramiento como responsable de Seguridad Industrial —en septiembre de 2011— Masalles aclaró que fue a propuesta de su amigo Josep Canós, exsecretario de Energía de la Generalitat, según fuentes judiciales.

En la trama de las ITV hay imputados empresarios y cargos públicos; entre ellos, el número dos de Convergència Democràtica de Catalunya, Oriol Pujol. Los investigadores consideran que Pujol utilizó su “peso político” para ayudar a la trama a conseguir adjudicaciones a cambio de dinero. En su declaración ante el juez, Pujol negó esas acusaciones y afirmó que intervino en el sector de las ITV en defensa del interés general.