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Se leen más, se compran menos

Crece la lectura en Cataluña, pero los libros se prestan o se bajan de la Red

Carles Geli
Un tenderete en La Rambla durante la última Diada de Sant Jordi.
Un tenderete en La Rambla durante la última Diada de Sant Jordi. MARCEL·LÍ SÀENZ

En pocas cosas Cataluña es, en el ámbito cultural y/o educativo, homologable a Europa. Pero en lectura de libros, se acortan distancias. El 61,3% de los catalanes (3.949.000 personas) ha leído como mínimo un libro durante 2012 (un 1,2% más que en 2011). Son casi medio millón más de los que lo hacían en 2007 (9,6% de incremento) y lentamente se acercan a la mítica proporción “siete de cada 10” que las instituciones se vienen fijando desde hace lustros. Pero hoy se compran menos libros: la caída de las ventas fueron de entre un 8 y un 10% el año pasado.

La crisis pasa factura. Los libros ya ni se regalan, a pesar de haber descendido su precio por segundo año consecutivo. El suministro del obsequio ha bajado un 10,3% entre 2011 y 2012 (aunque 980.00 personas aún obtuvieron así su último libro leído); en cambio, ha subido el préstamo bibliotecario (1,6%) y, sobre todo (5%), el que es dejado por otras personas: el 16% de los que leen lo hacen gracias a la generosidad ajena.

Más de la mitad de los catalanes que se descargaron ‘e-books’ lo hicieron sin pagar

La tercera vía para hacerse con un volumen, modesta pero creciendo espectacularmente, es la descarga de libros por Internet, que se ha incrementado un 185%. Y es que unos 348.000 catalanes (8,8%) de entre los que leen libros lo hacen a través del soporte digital: son hombres, entre 20 y 44 años, con estudios superiores y de clase media-alta que, por ahora, utilizan como dispositivo de lectura más los e-readers (45%) que las tabletas o iPad (27%); un 12% lo hace a través de su teléfono móvil. La alarma para el sector está en que más de la mitad de los usuarios (55,8%) que se descargaron libros lo hicieron sin pagar.

Entre 2007 y 2012, los lectores de libros en catalán han aumentado un 15,2%, mientras que los que lo hacen en castellano se ha reducido en un 7,4% en el mismo periodo. Como ya se viene detectando desde hace años, los lectores catalanes son cartesianamente bilingües a la hora de escoger un título (51% en catalán; 45,8% en castellano), mientras que los castellanohablantes hacen un consumo monolingüe en castellano (86,9%).

En cualquier caso, los catalanes de toda condición leen de media un libro más que hace seis años, dejando el listón en los 4,3 títulos anuales. Ya esas cifras —como las anteriores, resultado del informe El consum de llibres a Catalunya 2012, realizado por la Fundación Audiencias de la Comunicación y la Cultura (FUNDACC)— es a las que se agarran los responsables del Gremio de Libreros de Cataluña ante la celebración el próximo martes de la Diada de Sant Jordi, donde se juegan “entre un 8 y un 10% de la facturación de todo el año en un solo día; pero confiamos en la ilusión de la gente ante una jornada tan especial”, desea Jeroni Boixareu, vicepresidente del Gremio de Libreros.

Los lectores catalanes son cartesianamente bilingües a la hora de escoger un título (51% en catalán; 45,8% en castellano)

Pero la realidad es testaruda: las ventas, en lo que va de año, “han descendido un siete por ciento”, según los baremos que baraja Xavier Mallafré, presidente del Gremio de Editores de Cataluña, que cree que las ventas de la Diada “se mantendrán sobre los 18 millones de euros del año pasado; o bajarán ligeramente”, vaticina. Los libreros también confían en el refuerzo de Liberdrac (liberdrac.com), portal de libros electrónicos y contenido digital promovida desde hace cuatro meses por una cincuentena de librerías agremiadas.

Como la situación es la que es, los nervios afloran. Así, el gremio se ha reunido de urgencia esta semana con los responsables de Ciutat Vella para mitigar los efectos de la decisión del distrito que, para dar cabida al alud de solicitudes de tenderetes de este año en La Rambla de un sinfín de entidades, ha desplazado y reducido metros a las librerías y les ha otorgado espacios sin contar con sus dimensiones comerciales. La medida ha afectado a casi la mitad de los 78 puestos de libros que tendrá la zona más concurrida de Barcelona. “Poco se puede hacer ya ahora; hemos hablado para que no se repita el año próximo”, apunta Marià Marin, secretario técnico de los libreros. Como mínimo, parece que hará sol.

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Sobre la firma

Carles Geli
Es periodista de la sección de Cultura en Barcelona, especializado en el sector editorial. Coordina el suplemento ‘Quadern’ del diario. Es coautor de los libros ‘Las tres vidas de Destino’, ‘Mirador, la Catalunya impossible’ y ‘El mundo según Manuel Vázquez Montalbán’. Profesor de periodismo, trabajó en ‘Diari de Barcelona’ y ‘El Periódico’.

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