‘Temporada Baja’ condensa danza y teatro en el Rialto

El Teatro Rialto de Valencia realiza un "retrato de sentimientos" de la sociedad actual a través de las historias que se suceden, durante una misma noche, en un hotel en Temporada Baja. Desde la comedia hasta el drama, pasando por el absurdo y algunos tintes de thriller y musical, la obra se presenta casi como la 13, Rue del Percebe con una puesta en escena "espectacular" y llena de "sorpresas", según ha avanzado su director Sergio Caballero.

El montaje, una producción de Teatro y Danza de CulturArts Generalitat, reúne por primera vez a todos los intérpretes que han pasado por la compañía de Oscura Teatre, en un "ambicioso proyecto" escrito Abel Zamora. Junto a él, Caballero encabeza un reparto que completan Cristina García, Lorena López, Vanessa Cano, David Matarín, María Zamora, Paula Llorens, Paco Trenzano, Miguel Seguí, María Maroto, Raquel Hernández y Xavo Giménez. Sergio Méndez en la iluminación, Luis Crespo en la escenografía y Joan Miquel Reig diseño de vestuario.

Todos ellos personajes "en situaciones límite" que, en pleno apogeo de cambio, desarrollarán sus conflictos más internos aprovechando el anonimato que proporciona una noche cualquiera en un hotel en temporada baja. Sus habitaciones impersonales guardan "pequeñas historias sobre las relaciones humanas", cotidianas o no, que muestran una fauna urbana a modo de tangram.

"Un notable retrato de sentimientos de esta sociedad" que se adentra en el amor, la soledad, la rabia, los fracasos personales, los límites morales o las situaciones absurdas, siempre "basculando entre la lágrima a la risa", ha destacado su director.

En verano Zamora escribió el texto y aunque en aquel momento parecía "un sueño" poder reunir a todos los actores que habían pasado por Oscura Teatre, una "humilde" compañía que lleva cuatro años de andadura, ha recordado Caballero.

"SUEÑO CUMPLIDO"

Ahora, CulturArts les da la "oportunidad" de "devolver la confianza a los profesionales valencianos" con cinco semanas en cartel en un proyecto de esta envergadura que reúne a una quincena de artistas, ha resaltado. Dada la actual situación, -"general y de la cultura"-, poder estrenar este montaje es como una "recompensa, un regalo caído del cielo, un sueño cumplido".

La escenografía a modo de "casita de muñecas" ha sido todo un reto para Caballero, que se ha enfrentado por primera vez al reto de dirigir a tanta gente. "Milimétrico y puntilloso", todos incluso él --también actor--, han sufrido su precisión, ha confesado.

Todas las escenas van "cogidas de la mano", no se quedan en un mero collage, ha asegurado Caballero. Para ello, ha trabajado especialmente las transiciones, los enlaces entre escena y escena, otorgando gran importncia a "lo pasa antes y después de esa escena".