“Valencia necesita un urbanismo que se pueda mantener”

La fachada marítima de Valencia es el único gran espacio de la ciudad, por extensión e importancia, que está urbanísticamente sin planificar. Aula Ciutat, espacio creado al calor de las universidades, debatió sobre el futuro de unos barrios condicionados por el crecimiento del puerto de Valencia. "Somos barrios que estamos desapareciendo, somos barrios abandonados", denunció el dirigente vecinal del marítimo Vicent Lamas.

Previamente, el economista Josep Sorribes y los arquitectos Javier Domínguez y Toni Picazo debatieron sobre errores y también de oportunidades "si aprendemos del pasado y no cometemos los mismos errores", dijo Domínguez. 

Domínguez, autor del plan director de la Plaza del Temple, señaló a la Ciutat de les Arts i les Ciències (CACSA) como la gran obra que se identifica con esa nueva Valencia, "cuando lo más valorado por los ciudadanos es el Jardín del Turia, la verdadera gran obra".

El arquitecto aseguró que la Ciutat de les Arts se hizo "para poner Valencia en el mapa pero Bilbao lo hizo con solo una obra", con el Museo Guggenheim, del americano Frank O. Gehry. Un museo que equivale a lo que hoy es el Hemisfèric de Valencia. "Aquí tenemos además, el Palau de les Arts, el Museo de las Ciencias, Àgora y el Oceanogràfic", lo que dio pie al arquitecto para defender una arquitectura sostenible.

Valencia necesita una reflexión urgente sobre el uso de los recursos económicos porque no son ilimitados. "La ciudad necesita un urbanismo sostenible, que podamos mantener", añadió Domínguez.

Toni Picazo, arquitecto del estudio Vetges Tu,  admitió que es impensable prescindir de un puerto como el de Valencia, con el que hay que establecer un diálogo permanente. De la nueva dársena, la resultante de la Copa del América, el arquitecto sostiene que no está mal pero se mostró en contra de que la instalación se expanda ganando terreno al mar. Picazo lamentó que se sacrificase tantos metros de huerta en La Punta para dar cabida a la Zona de Actividades Logísticas (ZAL), hoy prácticamente sin actividad industrial.

Sorribes censuró la actitud poco negociadora de la Autoridad Portuaria. "Es importante pero no debe estar donde está, además de que se ha comportado de una manera poco flexible", defendió el profesor de Economía. En su opinión, el puerto tiene que funcionar con ferrocarril y no con cientos de camiones que entran y salen a diario por los accesos norte y sur.