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Música de fiesta, en la encrucijada

Las plantillas de músicos y el repertorio, temas a debate en la dignificación musical fallera

Uno de los ensayos de la Societat  Musical Unió de Pescadors en el Casinet del Cabanyal.
Uno de los ensayos de la Societat Musical Unió de Pescadors en el Casinet del Cabanyal. JOSÉ JORDÁN

“Un músico puede ser fallero, por la noche, pero normalmente has de elegir una cosa o la otra”, dice Pepe Valero, que con su asociación, la Societat Musical Unió de Pescadors, lleva saliendo a tocar la tuba en Fallas desde 1980. Este año acompaña a la falla de La Creu, al lado del Mercat del Cabanyal, con un grupo o, como se llama en el argot, una partición de la banda. Otras dos particiones acompañarán a sendas comisiones falleras del Cabanyal. “Entonces, la partición era de 25 o 30 músicos, la banda se dividía en dos; ahora se divide en tres", apunta como notable diferencia. Suelen ser unos 12 veteranos y dos o tres educandos, aunque “el día de la ofrenda igual hay 18”.

Más diferencias. “Entonces los educandos no solían cobrar un duro, dependía del jefe de partición, pero”, puntualiza, "eso cambió en la segunda mitad de los noventa". Ahora cobran menos que un veterano pero cobran. En estos días un músico puede cobrar entre 400 y 500 euros según el número de actos falleros contratados que tienen precios distintos dependiendo de que sea un pasacalle, recogida de premios o la ofrenda, según datos recogidos por Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana (FSMCV). Cuando Valero tenía 18 años y tocó la tuba por primera vez en Fallas, “lo normal era hacer 10 actos, ahora se hacen siete u ocho”. Entonces “había más tambores y cornetas y pocos tabals i dolçaines, que ahora abundan más”. También es cierto que entonces habían menos fallas, eran más numerosas y “se gastaban menos dinero que ahora”. A pesar de eso, 33 años después, la FSMCV estima que las bandas sólo suponen una inversión del 1,45% del coste total de las Fallas en 2013.

Recuerda Valero algunas de las piezas musicales de sus primeros años. “Algunas todavía se tocan, como Pili y Mili o Pepe Pons”, que son pasodobles característicos. Y también xaranguetes, las de siempre, La manta al coll, Rascayú", además de piezas de moda, como La bamba o La lambada. “Ibas acoplando numerets, que decíamos, la inmensa mayoría no estaban escritos, “los agarrabas de pàmpol", es decir, de oído. “Ahora la mayoría están escritos”. ¿Y el repertorio actual? “Muchos pasodobles” y cita de carrerilla Jose Luis Valero, Caridad Guardiola, Pérez Barceló, Xàbia, Alegria Agostense, así hasta una docena. Y numerets de siempre con alguno de moda, como Ai se eu te pego, que “es más sencillo que el mecanismo de un botijo”, dice con resignación.

La tierra valenciana es rica en repertorio festero, sobre todo marchas moras o pasodobles, como Paquito el chocolatero o El fallero, que no para de crecer. El compositor y director Teo Aparicio tiene una docena de ellos, muy reciente un pasodoble dedicado a la Fallera Mayor de Valencia de 2012, Sandra Muñoz, que fue estrenado por la Banda Municipal de Valencia. Tiene un grato recuerdo del pasodoble Alçeuse¡¡, “escrito en un sólo día tras una apuesta con un presidente de falla”, para quien era inimaginable “que en la ofrenda de ese mismo día la banda que les acompañaba estrenaría este pasodoble”.

Para Aparicio, que fue “fallero antes que músico” en la falla El Trampot, de Enguera, “cuando se trata de la interpretación en directo, se echa mucho de menos que las bandas desfilen con un número mayor de músicos".

La FSMCV, de la cual es vocal Ximo Soler, músico de la Unión Musical d’Albaida, aspira a alcanzar algún acuerdo con la Junta Central Fallera como el que ha suscrito con la Unión Nacional de Entidades Festeras o como el que ultima con la Associació de Sant Jordi, de Alcoi, en el cual se aborde tanto la gestión de plantillas como el repertorio, promoción y creación de música fallera "que aporte valor añadido a la fiesta".

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La música de Fallas por antonomasia

J. M. J.

Lo cierto es que las comisiones falleras de la Comunidad Valenciana optan mayoritariamente por bandas de música para sus desfiles, con una participación total estimada de 10.000 músicos, según los cálculos de la FSMCV, una cifra superior a los poco más de 8.000 que en 2001 apuntaba la revista Actualidad fallera. Si bien la primera música que acompañaba a las fiestas falleras, en el siglo XIX, era la de dolçaina i tabal, tal y como subraya Frederic Oriola en el libro En clau de festa, ya en 1890 "de las 17 fallas autorizadas por la alcaldía para poder quemadas, ocho se hacían acompañar de bandas de música". Según recoge este mismo autor citando al periódico Las Provincias, en 1929 participaban en las Fallas 80 bandas de música, entones no se hablaba de particiones. La Unión de Pescadors del Cabanyal tocaba entonces con Na Jordana i Burjassot.

En la actualidad, la banda de esta sociedad musical prefiere no salir del Cabanyal. Pepe Valero, que hasta el año pasado fue presidente de la asociación, lo explica: “Yo quería que mis músicos estuvieran en un radio de un kilómetro máximo, porque si te falla alguno y tengo que sustituirlo, resulta más fácil, aparte de la empatía que tenemos con las fallas a las que vamos”. Para las sociedades musicales de fuera de la ciudad, que son muy numerosas, es muy diferente. “Yo he estado en Alzira, Algemesí, en Gandia, en Valencia”, explica Ximo Soler, que toca el saxo, “aunque no haya salido todos los años”. Lo normal es quedarse a dormir en la población que te invita. “Yo he dormido en todo tipo de sitios, desde escuelas a casas particulares de falleros y también en algún hostal, aunque esto último no mucho”.

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