Fiesta en zapatillas y a la carrera

Ríos de colores, corredores y espectadores por las calles de Barcelona. Oda al deporte social y competitivo. El maratón de Barcelona resultó toda una fiesta donde 15.433 participantes de 18.400 inscritos tomaron la salida. Fue el etíope Gezahegne Abera quien ganó el 35ª edición con un tiempo de 2h10m17s, por delante de los kenianos Abraham Keter y Linus Maiyo, segundo y tercero respectivamente. No hubo nueva plusmarca, pero sí fue el primer maratón de Barcelona que corría Abera y la primera victoria de un etíope.

La intermitente lluvia impidió que se pudieran batir los registros en una carrera en la que participaron corredores de 81 nacionalidades, un 40% de los participantes fueron extranjeros. De esta manera, el maratón de Barcelona, que tenía un recorrido donde se podían ver los mejores y más significativos monumentos de la ciudad, se consolidó como el cuarto más multitudinario de Europa por detrás de Londres (37.000), Berlín (33.000) y París (33.000).

En la categoría femenina, la victoria también se la llevó una etíope, Lemelem Bertha Yachem, que se impuso con una marca de 2h34m39s a su compatriota Amelework Fikadu y a la keniana Irene Mogaka. En cuanto a la participación local —casi 9.000 catalanes—, Jaume Leiva batió su propia marca personal al acabar quinto con 2h13m41s, y se quedó a las puertas de la marca mínima para participar en el Mundial de Moscú. Entre los 10 primeros también llegaron Just Sociats, octavo, y Marc Roig, noveno.

Este año se redujo el número de participantes, 1.000 menos, con respecto al curso pasado, pero, por el contrario, la presencia femenina aumentó un 2%, superando así las 2.600 corredoras. Sin duda, la nota negativa del maratón fue la muerte de un corredor de 45 años vecino de L’Hospitalet de Llobregat. El atleta sufrió un desvanecimiento al terminar la carrera y tuvo que ser trasladado al Hospital Clínico, donde falleció a causa de un paro cardíaco.