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“Somos indies porque seguimos siendo pobres”

Izal tocan en Vigo y A Coruña y posponen su concierto de Santiago al 18 de abril

El grupo Izal
El grupo Izal

Están empezando a vivir su momento. Hace un año, dieron dos conciertos en A Coruña y Vigo para medio centenar de personas. La semana pasada llenaron Joy Eslava en Madrid, donde residen, y, todavía con el subidón en el cuerpo, Izal están de vuelta en Galicia, en los mismos lugares. Hoy en Vigo (La Fábrica de Chocolate) y mañana en A Coruña (Le Club). Les esperaban hoy jueves en Santiago, pero un compromiso que se añadió a la agenda a última hora, atrasado por una convalecencia, han llevado a la banda a posponer la cita en la sala Moon para el próximo 18 de abril. Las entradas ya adquiridas valdrán para ese día.

Mucho les han cambiado las cosas al cantante y compositor Mikel Izal y a sus compañeros (el batería Alejandro Jordá, el bajista Emanuel Pérez, el guitarrista Alberto Pérez y el teclista Iván Mella) en estos meses. Tras un EP, Teletransporte (2010), a finales del año pasado lograron publicar su primer larga duración, Magia y efectos especiales, un trabajo autoeditado. El título viene de uno de los cortes del disco, que consideran una especie de concentrado sonoro de sí mismo y, al igual que las letras que escribe Mikel, que evidencian su gusto por la escritura y cierta predilección por jugar a generar imágenes, tiene varias capas de significado: “también expresa el milagro de haberlo hecho con el poco dinero que teníamos”.

A través del boca a boca, las redes sociales y “estar dando el coñazo” han conseguido “que la gente nos escuche”, reflexiona el cantante, socio fundador de un proyecto que lleva su apellido pero que no considera unipersonal porque “somos una banda”: “compartimos trabajo y penurias, confiamos en esto y todos hemos sacrificado cosas porque el grupo saliese hacia adelante, convencidos de que el esfuerzo valdría la pena, somos un buen equipo”. Como asociación, Izal parte de cero, pero es el resultado de la suma de varias trayectorias musicales con una década de recorrido. Eso se nota en las canciones, un puñado de temas con sedimentos de los que suelen carecer muchos debuts. El próximo disco asoma la patita ya, incluso puede ser que salga este mismo año, porque, dicen, “hay que aprovechar el momento”. Aunque ya hay editoras que se han interesado por sacarlo, aún no han tomado la decisión de firmar o de repetir la fórmula de la autogestión. “Hasta aquí hemos llegado solos, sin deberle un euro a nadie y siendo honestos con nosotros mismos. Así que no queremos perder el control y conservar nuestra independencia. Vamos, que somos indies porque seguimos siendo pobres”.

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