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gobierno vasco

Los valores de Aburto

El consejero ofrece un descriptivo discurso sobre su ideario político y de gestión

Juan Mari Aburto se sabe la lección. Y la explica con clarividencia. Incluso, incorpora a su discurso conceptos que se antojan tan sorprendentes como necesarios en un escenario tan embarrado ahora como el político. De hecho, en su descriptivo discurso en el Fórum Europa ha antepuesto la defensa de los valores al propio corpus del manual de gestión que le acompaña al mando de un departamento tan espinoso, posiblemente como una consecuencia directa de la concepción humanista que se le reconoce durante su larga trayectoria en el sector público. "No todos somos así", ha insistido en referencia a los corruptos.

Aburto no ha escondido sus cartas, incluso en los pronunciamientos más peliaguados y en una coyuntura tan adversa. Así, se le ha escuchado apostar con nitidez por el copago en las prestaciones sociales, incorporar, incluso, la necesidad de una mayor tributación fiscal para preservar el estado de bienestar conseguido, y, sobre todo, abrazar el concepto del compromiso en un marco de cooperación necesaria.

En su estructurada intervención, el consejero no se ha olvidado de nadie ni de nada que se vea concernido al desbrozar sus intenciones. Al desmenuzar sus propósitos siempre ha evitado el tono crítico para así autentificar su reiterada llamada a la cooperación, posiblemente convencido de que las guerras institucionales de las que tanto conoció en la legislatura anterior resultan estériles. Quizá así ha resultado más fácil entender que no haya mirado hacia atrás al radiografiar, por ejemplo, la casa de los despropósitos en la que parece haberse convertido Lanbide.

Con ese tono sereno que le acompaña, ha adelantado como titular informativo que el lehendakari, Iñigo Urkullu, presentará el próximo lunes el ansiado plan de trabajo, donde se incluirá una nítida incidencia en afrontar el paro juvenil y detener la hemorragia sangrante del imparable aumento del desempleo en Euskadi. Y también sin levantar la voz ha enviado un aviso a las centrales abertzales ELA, principalmente, y LAB para que abandonen su postura de enroque. Sabe que posiblemente predica en el desierto, pero está persuadido a partes iguales de la dificultad del empeño y también de su necesidad. Para que se entienda, recurrió a un símil que domina, el futbolístico, y así ha advertido a ambos sindicatos que está dispuesto "a hacer la alineación con los jugadores disponibles" porque "está seguro" de que "habrá partido". Esa ha sido su nítida referencia al diálogo social, en el que cree, y a cuyo engranaje, sin embargo, le faltan piezas que le pueden afear su configuración. Aburto lo sabe porque, como ha recordado con tinte elogioso el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, está curtido por mil batallas. Es su garantía.

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