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OSASUNA-ATHLETIC

Un derbi con consecuencias

Osasuna pone a prueba en su campo la recuperación de un Athletic acosado por los nervios

Llorente remata en el entrenamiento del Athletic ante la oposición de Amorebieta.
Llorente remata en el entrenamiento del Athletic ante la oposición de Amorebieta.JUAN FLOR (DIARIO AS)

El Athletic afronta su segundo derbi consecutivo sin haberse sacudido los nervios que le provocan su pésima clasificación, a tres puntos del descenso. Juega en Pamplona ante un Osasuna que lleva tiempo convencido de que sus males tienen remedio. A este ejercicio de confianza ha contribuido su entrenador, José Luis Mendilibar, desde que el equipo parecía atrapado en el último puesto.

A estos dos estados de ánimo bien distintos de salida se unirán también dos diferentes estilos de comportarse sobre el campo. La firmeza sin contemplaciones junto a una rápida verticalidad de los navarros opondrá el Athletic ese toque permanente de balón para controlar la batalla cuanto más tiempo mejor. Y en el medio, el agobio por la situación que atenaza a unos y otros aunque quizá Osasuna siente menos el agobio. En el caso bilbaíno, una derrota en Pamplona y una rápida mirada a la lista de próximos visitantes de San Mamés provoca un inmediato escalofrío.

En este contexto, el Athletic se juega mucho más. Sin duda, todo resultado que no sea el empate aportará consecuencias inmediatas. Con la victoria, Marcelo Bielsa se dará un respiro y, de paso, al resto del club cada día más preocupado por saber si los males de la falta de acierto goleador y de la endeblez defensiva tienen urgente remedio. Además, un triunfo evitaría otro capítulo más en el debate abierto por el propio entrenador argentino sobre la idoneidad del portero titular. Con tres puntos más, Iraizoz tendría la continuidad asegurada salvo que obligue a sus compañeros a una remontada épica para neutralizar errores. Pese a todo, Raúl ya sabe que su futuro es negro en el Athletic. Han bastado paradójicamente apenas dos partidos para que Bielsa le haya sentenciado después de sumar más que un aprobado alto en Málaga y, eso sí, un sangrante suspenso en el derbi con la Real.

Otro escenario bien distinto sería la derrota. Entonces, la puerta del aviso a Bielsa, abierta a título personal por el vicepresidente primero Jose Ángel Corres, tomaría más cuerpo dentro y fuera de Ibaigane. El Athletic se vería inmerso en una clasificación propicia para recuperar los fantasmas ya vividos en época reciente. El descenso empezaría a correr de boca en boca con evidentes señales de preocupación consistente. Además, para Osasuna supondría el paso que anhela para escalar hacia una permanencia a la que Mendilibar ha instado a sus jugadores con la misma confianza que hizo cuando les reiteró que eran capaces de salir del pozo negro.

El derbi ha sido declarado de alto riesgo por Antiviolencia en un estadio que se llenará

De entrada, Osasuna sale ganando porque la visita del Athletic le garantiza el lleno en su estadio en estos tiempos de crisis y desafecto hacia el fútbol en vivo. Además, en las gradas está asegurado el hostil recibimiento a un equipo acostumbrado a nutrirse de las mejores cosechas de Tajonar, Javi Martínez entre otros. Ninguna temporada da tregua a la excepción. En este caso, Iker Muniain se salvará del sufrimiento. El jugador navarro es baja por su sanción de un partido debido al ciclo de tarjetas amarillas. En Pamplona, creen que se ha bajado del tren intencionadamente. De hecho, el veterano Crutxaga, para echar leña al fuego, ha sido todavía más explícito al asegurar que "Muniain se ha cagado".

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