Unos pescadores hallan el cadáver de la desaparecida en Coria

Ninguno de los vecinos que este mediodía se concentraba a las puertas del Ayuntamiento de Coria del Río (Sevilla) en apoyo a la familia de María Isabel Sierra, de 22 años, desaparecida el pasado jueves, se imaginaba que ya poco podía hacer por ella. En ese mismo momento y a unos escasos cuatro kilómetros, unos pescadores, quienes se encontraban faenando en el río Guadalquivir, hallaban un cadáver flotando en el agua. Minutos después, un familiar de la desaparecida confirmaba que el cuerpo era el de la joven sevillana.

A la espera de la autopsia, prevista para mañana, el tío de la víctima y portavoz de la familia, José Sierra, asegura que “aparentemente” el cadáver, encontrado en una zona pantanosa ubicada entre Coria y La Puebla del Río —municipio en el que reside el novio de la víctima—, no presentaba signos de violencia. “Hay que esperar los resultados del forense pero, externamente, no se aprecia ninguna agresión”, puntualiza Sierra. Esta ausencia de violencia lleva a los investigadores a incluir el suicidio como una de sus principales hipótesis.

La policía ya había rastreado sin éxito el pasado domingo la zona donde ha sido hallado el cuerpo

El novio de María Isabel, Rafael, se ha acercado este lunes al lugar en el que se ha encontrado el cuerpo de la joven. La pareja de María Isabel asegura que había discutido con ella horas antes de su desaparición. Rafael añade que el día anterior a la desaparición, había mantenido una conversación con la joven en la que le había dicho que “cortaba la relación” como consecuencia de sus celos.

Según el relato del novio, María Isabel se había metido a escondidas en su perfil de Tuenti y había cogido el número de móvil de la única amiga que tenía registrada en la red social. “Tras coger el teléfono, empezó a amenazarla, por lo que decidí dejarla”, asegura. Según Rafael, esta había sido la causa por la que el pasado jueves María Isabel había ido a la casa de su novio con la esperanza de solucionar el problema. “Estuvimos hablando alrededor de una hora y media. La vi rara y muy ausente, como pensando en otras cosas”, apostilla el joven, que añade que le había pedido a María Isabel que le llamara por teléfono cuando llegase a casa.

Además, Rafael sostiene que su novia “había estado tomando tranquilizantes porque tenía problemas psicológicos”, aunque “hacía ya tiempo que había dejado el tratamiento”. El tío de la fallecida no quiso ni confirmar ni desmentir este hecho.

La policía ya había rastreado sin éxito el pasado domingo la zona donde ha sido hallado el cuerpo. Fue en este punto, donde hay un carril de arena que une ambos municipios y por donde María Isabel dijo a su hermana y su novio que volvería a casa, donde un testigo aseguró haber visto el jueves a una joven que respondía a las descripciones de la fallecida y donde la situó el domingo un perro rastreador. Los investigadores suponen que el cuerpo salió a flote 72 horas después de permanecer sumergido.