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Alicante contra Valencia, ¿otra vez?

Unas declaraciones del presidente de Coepa vuelven a tensar las relaciones entre empresarios

Los presidentes de Cierval y Coepa, José Vicente González y Moisés Jiménez.
Los presidentes de Cierval y Coepa, José Vicente González y Moisés Jiménez. MORELL (EFE)

Moisés Jiménez y José Enrique Garrigós, presidente de Coepa, la patronal alicantina, y José Enrique Garrigós, presidente de la Cámara de Comercio de Alicante, presentaban la semana pasada un estudio sobre las tarifas y las frecuencias que, en su opinión, debía tener la línea de alta velocidad Madrid-Alicante cuando el primero de ellos se quejó de la falta de apoyos por parte de la patronal autonómica para que el AVE llegara al mismo tiempo que a Valencia. La referencia genérica a “la patronal autonómica” se entendió por la mayoría como una crítica a Cierval, cuando en realidad se refería a ProAVE, un grupo de presión que lidera el empresario Federico Félix, quien siempre se ha mostrado muy beligerante en sus reivindicaciones en favor de la llegada de la línea de alta velocidad a la Comunidad Valenciana, pero en Alicante se entiende que sus esfuerzos no han sido equitativos. Félix se habría volcado con la llegada a Valencia del tren de Alta Velocidad, pero muy o no tanto, en su reivindicación a favor de la capital de la Costa Blanca.

Las manifestaciones de Jiménez y de Garrigós sacaron del baúl de los recuerdos el fantasma del cantonalismo alicantino y el de la secular invertebración de la Comunidad Valenciana. Pero nada más alejado de la realidad. El empresariado de Alicante, con la crisis a cuestas, tiene problemas más importantes de qué preocuparse; pero una cosa sí tienen claro respecto de sus compañeros de Valencia: no se fían de ellos. Moisés Jiménez lo explicaba así: “No era una crítica tanto contra los empresarios valencianos, sino hacia nosotros mismos. A partir de ahora nos ocuparemos personalmente de nuestros asuntos, no delegaremos en nadie”.

Las manifestaciones del presidente de Coepa y del de la Cámara de Alicante, indirectamente, pusieron sobre el tapete una cuestión que aparece y desaparece regularmente en el mundo empresarial: ¿hace falta una patronal autonómica fuerte, al estilo de Foment del Treball en Cataluña, para defender los intereses de la Comunidad Valenciana? De las respuestas facilitadas por los propios empresarios se deduce que no necesariamente. Jiménez la descarta por completo: “Veo difícil que Valencia entienda lo que es la provincia de Alicante”, desconfía, y ofrece un montón de cifras y datos: Alicante es la cuarta provincia en población, en iniciativa empresarial y en Producto Interior Bruto (PIB), tiene un aeropuerto con casi diez millones de pasajeros y 75.000 vuelos anuales. No todos los empresarios opinan igual. El dirigente de la patronal hotelera Hosbec de Benidorm, Antoni Mayor, considera que el problema de la representatividad empresarial en la Comunidad Valenciana es que hay demasiadas organizaciones. “En tiempos de vacas gordas cada uno montaba su asociación, como reinos de Taifas, y todos a pedir y a repartir, pero ahora el escenario ha cambiado”.

Mayor recuerda que AVE (Asociación Valenciana de Empresarios) reunía a los “apellidos ilustres” de Valencia y Cierval tradicionalmente estaba “anquilosada” y dirigida por los mismos, aunque ahora ha cambiado. “La culpa ha sido de todos, ahora toca trabajar de otra forma, intentar remar todos juntos y con una estructura menos piramidal y más próxima a la gente”, opina el empresario hotelero. José Vicente González, actual presidente de la patronal Cierval, considera que el modelo de patronal catalana de Foment del Treball “no es exportable” ya que se creó hace más de cien años y las comarcas catalanas son económicamente distintas a las valencianas. “Cierval nunca ha planteado que desaparezcan las asociaciones de Alicante, lo que en tiempos de crisis como los actuales estamos obligados a compartir recursos y negociar más”, agrega.

Un discurso que no acaba de encajar en Alicante. Moisés Jiménez considera que “no toca ni ahora, ni nunca” agruparse en una patronal autonómica única. “Necesitamos representación directa porque nuestro contexto es diferente”, asegura Jiménez quien subraya que Alicante es una provincia “singular y única” en la que se desarrollan sectores tradicionales como textil, calzado, juguete, mueble o agroalimentación con otras actividades relacionadas con el turismo o la sanidad. Las reivindicaciones de Coepa se basan en que la provincia es “diversa, dinámica, exportadora y requiere una marca única reconocible”, apunta. Los empresarios alicantinos están dispuestos a “ir de la mano” de sus homólogos de Valencia pero “coordinados, no subordinados”, aclara Jiménez.

Antonio Arias, del grupo Vectalia y tesorero de la Cámara de Alicante comparte la opinión de sus compañeros porque entiende que “cada provincia tiene su idiosincrasia propia, y cada uno defiende sus intereses”. Antonio Fernández Valenzuela, expresidente de la Cámara de Comercio argumenta que el problema: “No es que seamos provincialistas sino que siempre que hemos ido de iguales nos la han jugado”, se queja el histórico empresario y expolítico, que fue presidente de la Diputación por el PSPV.

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Los empresarios de la provincia de Valencia consultados coinciden en observar una “cierta comodidad” en sus homólogos alicantinos que no han hecho grandes esfuerzos para mostrarse reivindicativos ante las Administraciones, algo que ahora, por primera vez y en público, admitieron Jiménez y el presidente de la Cámara, José Enrique Garrigós. “Confiamos demasiado en los otros”, dijeron. Un veterano empresario alicantino, que prefiere mantenerse en el anonimato, enmarca estas tensiones en un momento delicado en el que “parece que todo esté en descomposición”. Los recelos, con razón o sin ella, existen por ambas partes, admite; pero sería “lógico avanzar hacia una gran patronal autonómica en la que todos estén bien representados, aunque sea muy difícil”.

Una capital con poco peso respecto a la provincia

EZEQUIEL MOLTÓ

La rivalidad entre Alicante y Valencia no es un fenómeno único, se da en la mayoría de pueblos vecinos o localidades limítrofes. Las declaraciones de los máximos representantes empresariales alicantinos han generado debate y reflexión en el ámbito académico. Manuel Alcaraz, profesor de Derecho en la Universidad de Alicante y exdiputado, recuerda que es una constante a lo largo de la historia que en momentos de crisis económica “la culpa es de Valencia”. El también miembro de la Plataforma de Iniciativas Ciudadanas de Alicante admite que la Generalitat durante los últimos años ha invertido mucho en Valencia pero se pregunta: “¿Dónde estaban los empresarios de Alicante entonces cuando solo aplaudían a Zaplana y a Camps?”

Para este profesor de Derecho Constitucional las críticas de algunos empresarios alicantinos hacia sus homólogos valencianos destilan “cierto cinismo”, ya que no han sabido articular un proyecto de patronal autonómica fuerte, ni siquiera defender “una de las iniciativas más importantes para el futuro de Alicante como fue el Parque Científico de la Universidad, que el gobierno de Eduardo Zaplana boicoteó sin que los empresarios se quejaran lo más mínimo”.

En esta misma línea el sociólogo Carlos Gómez Gil, profesor en el campus de Alicante, recuerda cómo determinadas organizaciones empresariales y los propios patronos durante los últimos años “han sido un mero instrumento político que servían de coartada al presidente de turno de la Generalitat”. El problema que detecta Gómez Gil es que se ha generado una “fractura profunda e irrecuperable” entre los empresarios alejados del poder que han luchado por sus empresas y los que recibían ayudas públicas.

José Miguel Iribas, sociólogo y urbanista, argumenta que todas estas polémicas responden a una “insuficiente articulación territorial” de la Comunidad Valenciana. “A los valencianos de Valencia les interesa poco lo que ocurra más allá de Sagunto hacia el norte o de Dénia o Jávea hacia el sur, es una sociedad cerrada en sí misma”. Pero la responsabilidad es compartida, a juicio de Iribas. “Los problemas y necesidades de Alicante no se conocen en Valencia pero los alicantinos tampoco han hecho un esfuerzo de aproximación”, apunta el sociólogo, que ofrece otro dato interesante. Alicante es la cuarta provincia de España en varios indicadores, pero su capital no lo es y tiene “un tamaño insuficiente en comparación con el resto de la provincia”. El dato más representativo es el de la población. Alicante capital solo aglutina el 25% de los habitantes de la provincia, cuando en Valencia la capital tiene el 33% y el área metropolitana reúne el 60% de la población provincial.

Alcaraz destaca que las quejas de los representantes empresariales llegan en un momento de máxima debilidad para Alicante, “sin la CAM y con Coepa y la Cámara inmersas en sus respectivos ERE”. El analista lamenta la "visión corta" de algunos empresarios que no han sabido articular una patronal autonómica fuerte y eficaz que obtenga ayudas en una época en la “hay que pedir en Madrid y en Bruselas, y no tanto en Valencia”.

El retraso del AVE

El detonante del enésimo desencuentro entre los patronos de Alicante y Valencia surgió por el retraso en la llegada del AVE, una infraestructura operativa desde diciembre de 2010 en la capital del Turia. Antonio Fernández Valenzuela, expresidente de la Cámara de Alicante, cita la existencia de un pacto “innegociable” entre el anterior presidente de Cierval, Rafael Ferrando, el de AVE, Federico Félix, el expresidente de Coepa, Joaquín Rocamora y él mismo para lograr “entre todos” que la alta velocidad llegara al mismo tiempo a las tres capitales de provincia. “Y por vías más inteligentes, pero desleales, el tren llegó antes a Valencia que a Alicante”, se queja ahora Valenzuela, quien admite que los empresarios alicantinos fueron un tanto “ingenuos” confiando en la “solidaridad” del resto de empresarios. Federico Félix de ProAVE rechaza de pleno estas acusaciones, no recuerda que existiera tal pacto para la llegada del AVE a las tres capitales de provincia al mismo tiempo y asegura que los empresarios valencianos pelearon “todos por igual”. Félix, que echa mano de hemeroteca para mostrar las decenas de entrevistas en las que se pedía esta infraestructura. El empresario lamenta todas estas “guerras y polémicas”: “Son un error que nos debilita”.

Ante este panorama los representantes de Coepa y Cámara de Alicante anuncian que a partir de ahora asumen el protagonismo de la negociación y de la reivindicación para que Alicante esté bien conectada con el corredor mediterráneo en el 2020. “Nos ocuparemos nosotros personalmente”, anuncia Moisés Jiménez. El hotelero Antoni Mayor no comparte las críticas del presidente de Coepa y de la Cámara a sus compañeros de Valencia por el retraso en la llegada del AVE. “Están perdidos, no sabían qué decir y dijeron algo para animar el debate”, considera. Sin embargo, Rosana Peral, presidenta de la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado y gerente de Pikolinos en Elche, coincide en que “se confió demasiado en terceras personas y se gestionó mal la llegada del AVE”.

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