Los basureros de Granada deciden mantener la huelga tras 12 jornadas
Los trabajadores rechazan el preacuerdo del comité con la concesionaria
Los trabajadores de Inagra, concesionaria del servicio de recogida de basura en Granada, decidieron anoche pasadas las 22.30 continuar con la huelga iniciada hace 12 días por la negociación de su convenio colectivo y por la que se acumulan más de 2.000 toneladas de residuos en las calles. La asamblea de trabajadores rechazó el preacuerdo alcanzado en la madrugada del viernes entre la compañía y el comité de empresa por 210 votos frente a 158. A las puertas de las instalaciones de Inagra, en el polígono de Juncaril, en Granada, se vivieron momentos de tensión. Los gritos e interrupciones de algunos de los trabajadores pusieron a prueba incluso la paciencia del presidente del comité de empresa, Eduardo Aragón.
Los empleados rechazan una rebaja salarial del 2,5% en 2013 con el compromiso de recuperar el 0,75% del IPC en 2014 y actualizar el IPC real en 2015, último año de vigencia del convenio. Además, tampoco aceptan perder ocho días de descanso anuales y una hora más de jornada laboral a la semana.
Por la negociación del convenio las partes mantienen diferencias desde hace más de un año que han desembocado en esta huelga, la más larga en el servicio de las últimas tres décadas en la capital granadina, que continúa sin solución. Ya suman 12 días en los que solo han funcionado los servicios mínimos al 30%, tal y como fijó la Delegación de Empleo de la Junta.
El principio de acuerdo se alcanzó de madrugada pero la redacción del mismo se prolongó hasta la mañana de ayer. Los trabajadores, sin embargo, no dieron el visto bueno en asamblea para aprobarlo y firmarlo. Durante más de hora y media, el comité explicó los términos de la negociación. Se llegó incluso a plantear que ni lo votaban, pero lograron reconducir la situación y una caja de cartón sirvió de urna para introducir los votos.
Había esperanzas en la ratificación y el dispositivo de limpieza estaba previsto. Sin embargo, serán los servicios mínimos los que continúen funcionando en un conflicto que se enquista. Más de 2.000 toneladas se estima que se han acumulado en las calles. La lluvia y el aumento de la temperatura han contribuido a agravar un problema que colma la paciencia de muchos granadinos y proyecta una mala imagen de una ciudad que vive en gran parte del turismo.
A excepción de calles muy céntricas, principales arterias como Reyes Católicos, Gran Vía, Recogidas o Plaza del Carmen, en el resto de la ciudad es difícil encontrar un punto que se libre de la suciedad, de la acumulación de bolsas de basura alrededor de contenedores o incluso en puntos que no son de recogida. Al mal olor propio de los desechos acumulados, se suman cartones, plásticos y vidrios, que también se han convertido en parte de la estampa de las calles en las dos últimas semanas que se completa con papeleras desbordadas.
La Delegación de Empleo, que tenía previsto pronunciarse sobre la petición de aumento de los servicios mínimos que le había solicitado el Ayuntamiento antes de que se alcanzara el principio de acuerdo, no tomó en consideración el escrito presentado por la institución municipal que tildó de "inconsistente".
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