“Actuar en el Price es un capricho”

Pantalones ajustados, botines con algo de tacón y una camisa con estampado militar. Este es el uniforme de día de la Nancy Anoréxica. O, lo que es lo mismo, Mario Vaquerizo. Esta mañana no va maquillado: “No pasa nada, me pondré un gorro para la foto”, resuelve. Por la noche se enfunda sus pantalones pitillo, echa mano de la sombra de ojos negra y luce torso encima del escenario. Esto es lo que hará mañana en el teatro circo Price junto con su grupo las Nancys Rubias. Fangoria los teloneará y el concierto será más largo de lo habitual. Normalmente actúan 40 minutos.

La banda presenta su último disco, Nancys hits. Aunque en realidad es un recopilatorio con tres canciones nuevas. Una de ellas con Fabio McNamara, un símbolo de la movida madrileña al que Vaquerizo define como un “dios”. Otra es la versión de un villancico: “por aquello de tener nuestra propia canción de navidad, como todos los grupos ingleses”. La formación solo aceptó hacer un recopilatorio si había material inédito y nueva portada. El encargado de hacerla fue Juan Gatti. “Lo de Nancys hits (éxitos) es una ironía, el logro para nosotros es haber podido grabar cuatro discos”, apunta el cantante. Pasan por encima de las críticas de aquellos a los que no les convence una banda que no toca instrumentos. “Un grupo es mucho más que saber usar una guitarra, es actitud y estética. Es como cuando se meten con Madonna por hacer gallos”, recalca.

Entre su incontinencia verbal se cuela una confesión: “actuar en el Price es un capricho”. “Últimamente todos los grupos que me gustan tocan allí, así que yo también quería”, asegura. Le hace tanta ilusión que hasta le va a maquillar un profesional. Normalmente son ellos los que se preparan en los camerinos. Vaquerizo promete que lo de mañana será una “fiesta de amigos”. Ya no se pone nervioso antes de los conciertos: “Eso solo pasó las tres primeras veces. Hasta que me dije: ‘Mario, si te vas a poner imposible, se acabó el grupo”.

Vaquerizo afirma que solo hace las cosas que le gustan, que por lo que se ve, son muchas. Está escribiendo la biografía de McNamara (ya escribió la suya), participa en varios programas de televisión, representa a otros grupos y sigue con las Nancys Rubias. “Hago lo que me parece y al que no le guste que cambie de canal”, asegura, y suelta una sonora carcajada. Con esta filosofía ha conseguido que sus aficiones hayan acabado convirtiéndose en su trabajo. Para él, explica, las Nancys Rubias es una excusa para pasárselo bien.

Pero lo que más popularidad le ha dado ha sido el reality que protagoniza junto a su mujer, Alaska. Vaquerizo reconoce que la fama que le ha dado este programa ha puesto en escena a su grupo. Señala que ahora le para mucha más gente por la calle, pero que no le importa: “Si no quiero ser conocido, no hago un programa sobre mi vida”, admite.

“Hago lo que me parece y al que no le guste que cambie de canal”, Mario Vaquerizo

Le gusta mucho exponerse, pero no en las redes sociales, ni siquiera tiene un móvil de última generación. “Es que ahora ya no hay privacidad, ¡No puedes ni cometer una infidelidad!”, señala el artista. Minutos después afirma que está “enamoradísimo” de Alaska, para que no quepa duda. Mañana, la pareja pisará el mismo escenario. A ellos no les importa juntar lo personal y lo profesional.

Nancys Rubias, el sábado en el teatro circo Price a las 20.00.