200 años de “la música del alma”
El Instituto Italiano de Madrid celebra el bicentenario de Verdi con cinco conciertos líricos
Pocas obras tienen tanta fuerza simbólica como el Coro de esclavos hebreos de la ópera Nabucco de Giuseppe Verdi. Tras su estreno en 1842, el lamento del pueblo viendo Jerusalén tomada por Nabucodonosor se convirtió en un segundo himno para Italia. Con Cavour por el norte y Garibaldi por el sur anexionando territorios, en los años siguientes Italia tomó a Verdi como un icono de la cultura de esa nueva Italia unificada que estaba por nacer. Este año se cumplen 200 años del nacimiento de uno de los compositores más importantes de la Historia de la ópera, y el Instituto Italiano de Madrid reivindica su figura con cinco recitales líricos con grandes voces en el Palacio de Abrantes.
El primero en subirse al escenario del Instituto Italiano será Michele Pertusi, bajo curtido en los papeles verdianos, además de haber probado con Mozart, Donizetti y Rossini. Cantará extractos de Don Carlo y Les vêpres siciliennes, dos de las óperas francesas del italiano. Francesas por ser encargos del país galo y porque sus textos están en ese idioma en su versión original —Don Carlo fue polémica tras su estreno en París por su forma y por no adaptarse a los cánones galos, además de por su crítica a la monarquía española—. “La gran ópera francesa de Verdi es Don Carlo, y su parte más importante el aria de Felipe II, que cantaré en el concierto. El color de la pieza es muy interesante. Les vêpres siciliennes es una ópera de música verdiana pero de concepto diferente. Es una nueva visión del gran género tras la ópera belcantista presente en La Traviata”, explica el bajo.
La fiesta por el bicentenario de Verdi —que, caprichos del destino, coincide con el de Wagner— promete ser un acontecimiento planetario. En Madrid ya se han visto algunos gestos de esta celebración: en el Teatro Real se ha representado su Macbeth, y el espectacular Requiem está presente en las programaciones de las orquestas de la ciudad. “Durante el XIX Verdi era un compositor monumental, un político, un patriota emocional que fue senador en la primera capital de la Italia unificada, Turín. En una sola persona estaba representado todo el pueblo italiano”, explica el bajo. Y hasta su nombre se convirtió en un símbolo. La nueva Italia veía en él una señal providencial, puesto que las letras de su apellido eran un acrónimo del primer rey de la Italia unificada (Vittorio Emmanuele Ré D'Italia). “En toda su producción se ve a una generación de italianos. No era solo un gran músico con composiciones de calidad incuestionable, sino también un fenómeno en la concepción teatral”, precisa Pertusi.
Dos tardes para conocer a Wagner
Resumir la dimensión de la figura de Richard Wagner en dos tardes parece una labor titánica, pero eso es lo que se propone el crítico musical José Luis Téllez en las dos conferencias que dará martes y jueves en la Fundación Juan March. Con motivo del bicentenario del nacimiento del compositor que cambió la Historia de la música a mediados del siglo XIX, Téllez retrata al alemán como "un ser humano del presente, con las contradicciones de un hombre de su época, que componía una música del futuro". Contradicciones como participar del anarquismo cuando creía que la revolución debía tener tintes religiosos, o hacer una música totalmente novedosa y casi vanguardista usando elemento mitológicos en el argumento, además de dar un papel subordinado a la mujer en sus obras mientras Bizet ya presentaba los primeros personajes femeninos proletarios e independientes de la ópera en su Carmen en un contexto en que el movimiento feminista ganaba peso.
“Musicalmente, la originalidad de su creación es tan apabullante que ha transformado el discurrir de la música”, explica Téllez. El retrato resumido de Wagner que expondrá en sus conferencias es el de un hombre de personalidad fuerte y ambición sin límites, luchador y mal gestor de sus cuentas, antisemita y político, que pretendía componer “la obra de arte total” y que ya tenía toda su obra pensada y documentada en los años 40.
Estas conferencias permitirán al aficionado acercarse a Wagner en este año de festejos y conocer al compositor más allá de las innumerables habladurías que circulan sobre su figura. Y también le servirán de preludio a aquellos que vayan a acudir al Teatro Real a escuchar la versión de concierto de Parsifal, programada para finales de enero.
Wagner: su vida, su obra, su tiempo. Días 8 y 10 de enero en la Fundación Juan March (Castelló, 77) a las 19.30. Entrada libre hasta completar aforo.
Un hombre de su tiempo
La música de Verdi es fruto de una historia que comienza en un pequeño pueblo de Parma y que viaja hasta los grandes teatros de Europa, con especial presencia en La Scala de Milán, donde estrenó algunas de sus piezas más conocidas. Es fácil imaginárselo paseando por Milán y Roma como un ídolo nacional, con su chistera y su pañuelo blanco al cuello, como fue retratado por Giovanni Boldini en 1886. Su música no supone un salto a la vanguardia, pero interpela al pueblo y mueve las pasiones de una nación enardecida y necesitada de ánimos. “Verdi tiene una lengua única, habla al corazón de los hombres. En sus óperas hay un sentimiento real, fuerte y verdadero, y sus personajes hablan al hombre moderno con un lenguaje que huele a antiguo”, dice el bajo italiano. Una música alejada de movimientos reaccionarios pero que asegura a Verdi un lugar entre los mejores compositores del mundo, por su capacidad para llegar a la gente, bien sea utilizando argumentos de Shakespeare o historias más modestas. “La música de Verdi es la música del alma”, dice Pertusi.
Tras Pertusi pasarán por el Instituto Italiano el también bajo Roberto Scadiuzzi, las sopranos María Grazia Schavo y Fiorenza Cedolins y el tenor Francesco Meli, que llenarán de ópera hasta mayo el Palacio de Abrantes. En sus recitales repasarán desde I Lombardi a Falstaff —una obra muy avanzada que compuso a los 80 años—, pasando por Aida, Il trovatore, La Traviata, Simon Boccanegra u Otello. Una visión global de la obra de Verdi a través de una trayectoria de evolución musical y estilística digna de mención. Una buena ocasión para introducirse en la ópera italiana, que es reflejo de una época en la que el país luchaba por su reunificación al grito de “Viva Verdi”.
Ciclo Grandes Voces para Verdi. Del 10 de enero al 8 de mayo a las 20.00 en el Instituto Italiano (calle Mayor, 86). Entrada libre por invitación. Cualquier aficionado puede recoger dos invitaciones desde una hora antes del concierto.
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