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14.03 del 17 de septiembre. “Les he convocado para anunciarles mi decisión de dimitir de mis cargos de diputada de la Asamblea y presidenta de la Comunidad”, soltó la bomba Esperanza Aguirre con el rímel corriendo por sus mejillas en una comparecencia por sorpresa. Así, pillando a contrapié, la lideresa finalizaba media vida “en la primera línea política”. Treinta años de los que pasó nueve al frente de una región convertida en probeta de las políticas más liberales del PP.  La presidenta atribuyó su marcha, increíble para alguien que “vive la política con tanta pasión”, a razones “personales” que dispararon la rumorología: enfermedad, enfrentamiento con Rajoy... Pero la premura no implicaba improvisación. Su círculo más íntimo planificó al detalle la despedida. Al gusto de Aguirre. Aunque había amagado con retirarse en otras ocasiones, la sorpresa fue tal que hasta algunos de sus consejeros llegaron a la conferencia de prensa cuando Aguirre ya había concluido. Otros, como Lucía Figar, rompían a llorar desconsolados. “¡Qué sorpresa, si al final no ha habido filtraciones ni nada!”, se despidió Aguirre entre lágrimas y alguna sonrisa.
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Los 12 momentos de 2012

Lágrimas de Aguirre y de desahuciados. Una fiesta mortal. Diputados díscolos. Mineros, médicos y profesores. El año de las protestas y los recortes

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