Crispación en la Asamblea
La aprobación de los presupuestos regionales sale adelante entre momentos de gran tensión
La tensión que desde hace meses impregna la Asamblea de Madrid ha alcanzado esta tarde su punto de ebullición. Nunca en la historia reciente del parlamento madrileño se había percibido un clima semejante, reconocen diputados de todas las ideologías. Si la aprobación de los presupuestos ha salido adelante entre momentos de gran crispación, el enfrentamiento entre los dos partidos mayoritarios ha alcanzado su cénit tras el almuerzo. El ambiente, que ya estaba enrarecido, ha saltado por los aires cuando el portavoz del PP, Íñigo Henríquez de Luna, ha apuntado que “los hermanos Grimm hubieran llamado a la fiesta de pijamas del PSM El Bello Durmiente, porque el protagonista de la fiesta se fue a dormir”, en alusión a la información del diario La Razónque asegura que el secretario general del PSM, Tomás Gómez, abandonó de madrugada el Parlamento regional, donde la mayoría de diputados socialistas se habían encerrado en protesta por los planes de la Comunidad de Madrid para el sistema sanitario. “Aténgase a la pregunta que estaba haciendo, señor De Luna”, ha intervenido el presidente de la cámara, José Ignacio Echeverría. “¡Señores del PP, no les consiento ninguna mentira más!”, ha replicado el portavoz del PSM.
Parecía que el pleno volvía a su normalidad, pero ha pasado justo al revés. Una alusión del consejero de Justicia y Presidencia, Salvador Victoria, a la frase célebre de Enrique Tierno Galván durante un festival celebrado en 1984 en el Palacio de los Deportes de Madrid de “el que no esté colocado, que se coloque... y al loro” -a la que ha recurrido mientras argumentaba que al PP "siempre le ha preocupado la seguridad en macroeventos" mientras él, en su juventud, "escuchaba lo de colocarse como bien sabe Juan Barranco"- ha enfadado al dirigente socialista. El también vicepresidente de la Asamblea, muy molesto, se ha bajado de su estrado, ha pedido sin éxito la palabra y ha terminado cruzando la sala hasta donde se sienta Victoria, a la derecha del presidente regional, Ignacio González, y le ha dicho “estoy harto de los fachas como tú”. El líder socialista lleva semanas muy molesto con las intervenciones de Victoria y De Luna, a quienes achaca “una falta de respeto constante, pleno tras pleno, y esto ya es inadmisible... ¡Utilizan las preguntas al Gobierno para insultar a la oposición!”. Eso no significa que Victoria no haya tenido que escuchar su ración de palabras poco agradables en los últimos tiempos: en un pleno de finales de noviembre la parlamentaria socialista Amparo Valcarce afirmó que en el PP los colegas aristócratas de Victoria decían del consejero que “es de clase baja y que por eso Ignacio González le ha encargado el trabajo sucio”. Victoria respondió rápidamente que “era de Carabanchel, y que si eso significaba ser de clase baja, lo era a mucha honra”.
Con el regreso de Barranco a su asiento no se ha relajado el ambiente hasta pasado un buen rato. “Señorías, entre unos y otros me van a volver loco. Les recuerdo que el que modera aquí soy yo. Al que le guste bien; y si no, también. Y si me tengo que quedar solo, lo haré”, ha advertido a los diputados Echeverría sin mucha suerte al principio: Victoria ha tenido que interrumpir su uso de la palabra mientras muchos diputados -ninguno de Izquierda Unida ni de UPyD- hacían ruido con pies y manos, aporreando sus mesas o pateando la tarima entre gritos. “Esperamos que el pleno recobre la serenidad, nosotros no formamos parte de la algarabía”, ha apuntado Ramón Marcos, de UPyD, mientras intentaba formular una pregunta. “Señorías de todos los grupos, les pido a todos serenidad. Al próximo diputado o diputada que vea que insulta a otro le llamo al orden con todas las consecuencias”, ha amenazado Echeverría. “Es intolerable que se nos atribuyan hechos delictivos o el pasado de nuestros abuelos”, ha intervenido De Luna. “Señor portavoz, no le he dado la palabra”, le ha cortado el presidente de la Asamblea, que también ha tenido un encontronazo con José Quintana, del PSM, al que ha llamado al orden en una sesión que ha finalizado a las 19.30. Mientras, en el exterior una veintena de furgones de la policía nacional impedía cualquier concentración que no contara con el permiso de la Delegación del Gobierno. La bronca se esperaba fuera, pero en realidad estaba dentro.
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