En Mallorca, duelo entre necesitados

Quien pierda en el Iberostar Estadio, quedará abocado a la desesperación. Es la amenaza que sacude a los dos equipos, Mallorca y Athletic, que llegan excesivamente angustiados a a pelea. Les persigue una escalofriante racha de malos resultados, avivada por el desastre de la Copa que todavía supura. Los baleares porque exhibieron su debilidad defensiva al encajar cinco goles con motivo de la visita del Sevilla; los rojiblancos porque quedaron eliminados del torneo por el Eibar, de Segunda B.

 Ante un panorama tan desalentador, los dos entrenadores buscan soluciones emocionales. En el caso de Marcelo Bielsa, con sus declaraciones antes de salir de viaje con el Athletic, en las que dibujó un futuro mucho más alentador, que contrasta con el pesimismo que empieza a poderarse de San Mamés. “Soy optimista, sé que esto va a cambiar”, declaró el entrenador argentino. “Esto va a terminar bien”, añadió en su vaticinio.

Entre la afición, hay muchas más dudas una vez que se observa el devenir del equipo en los compromisos más recientes. Cuando todavía el público no se había repuesto de la eliminación de la Europa League, llegaron los apuros ante el Celta que parecían sobrevolar mucho más que la importancia real de los tres puntos de la victoria. Pero aún quedaba el desastre del pasado miércoles, con la eliminación en la Copa después de no pasar de sendos empates contra el empuje ordenado del Eibar.

Y ahora, en pleno calvario, aparece enfrente Joaquín Caparrós, posiblemente quien mejor conoce al Athletic porque también se los imagina en los momentos menos espléndidos. De momento, el entrenador sevillano ha cambiado sus planes y ha decidido concentrar a los veinte jugadores en los que deposita su confianza. “He decidido cambiar la rutina y concentrar al equipo para que de nuestra parte no quede nada por hacer”, justificó.

Amorebieta es baja por lesión y Laporte puede tener otra ocasión

Caparrós está entre la espada y pared. La trayectoria del Mallorca, agobiado por las lesiones de jugadores estratégicos, ofrece malas vibraciones aunque el técnico se rebela y dice que “todavía no me han disparado la última bala y voy a seguir luchando”, una terminología ya conocida en su jerga como entrenador. Pero los números juegan en su contra aunque Lorenzo Serra Ferrer, máximo responsable de la entidad balear, no piensa en la destitución del técnico.

Bielsa también tiene toda la confianza de su presidente, Josu Urrutia, aunque éste no diga nada. El máximo responsable del club guarda silencio porque así entiende que no aviva la situación y prefiere actuar en cuestiones concretas como la renovación de un valor como Aurtenetxe antes de dar pábulo a los negros presagios sobre la irregular marcha del primer equipo.

Para el partido, se suceden los cambios empezando desde el lugar más desarmado del equipo: la defensa. En este caso faltará Amorebieta, a quien el parte médico atribuye una sobercarga que está pendiente de evaluación. Al conocer su ausencia en la lista, lógicamente se avivaron lus rumores sobre un posible castigo, pero está lesionado simplemente. Eso sí, todavía se recuerda el enfado de Bielsa con el central venezolano por el penalti cometido que dio el billete de la clasificación al Eibar el pasado miércoles. Como respuesta al enojo, Amorebieta fue sustituido. Podría suponer otra oportunidad para Laporte en plena negociación del contrato de Amorebieta.