Lo que ellos quieran
Propeller regresa al Festival Temporada Alta de Girona, esta vez con 'Twelfth night'
Los chicos de Propeller han vuelto al Festival Temporada Alta de Girona y con esta ya son cinco las producciones que les hemos visto. Tras Winter’s Tale, The Taming of the Shrew, Richard III y Henry V, la que nos ocupa no es sino la confirmación del extraordinario dominio que Edward Hall y los suyos tienen del universo del bardo. La compacidad de la compañía, dedicada a las piezas de Shakespeare y compuesta exclusivamente por hombres, en el más puro estilo shakesperiano, es otro de sus rasgos característicos; no sé si tiene que ver con el género, pero la complicidad que consiguen entre ellos y lo bien que se lo pasan sobre el escenario es tan evidente que desde luego da que pensar.
TWELFTH NIGHT. De William Shakespeare. Dirección: Edward Hall. Intérpretes principales: Liam O'Brien, Christopher Heyward, Joseph Chance, Ben Allen, Vince Leigh, Gary Shelford, John Dougall. Escenografía: Michael Pavelka. Iluminación: Ben Ormerod. Música: Propeller. Festival Temporada Alta. Teatre Municipal de Girona, 5 de diciembre.
En Twelfth night, cuyo título original era What you will, se citan una serie de personajes que, a excepción de Feste, el juglar, se comportan como si actuaran al margen de su voluntad: no son lo que parecen, quieren ser lo que no son, se enamoran de quienes no conocen, cuando no de sí mismos o del mismo amor. El extraño reino de Illiria, en algún lugar del Adriático, la noche de Reyes es el contexto y momento perfectos para la diversión, el juego de identidades, el engaño, las máscaras, las bromas y las canciones. Y es que la música, alimento del amor, como nos dice Orsino, juega aquí un papel importante y los Propeller, en especial el actor que encarna a Feste (Liam O’Brien), gran cantante, tienen eso muy en cuenta. El rigor con el que adaptan las obras de Shakespeare no está reñido con la imaginación ni con los elementos de actualización de los que se sirven para meterse al espectador en el bolsillo. Ahí es donde tienen cabida los estupendos pasos de claqué que ejecuta Gary Shelford en el papel de Maria, uno de los intérpretes más destacados, o el Gangnam style de Psy que imita Vince Leigh en el papel del borrachuzo sir Toby. Ambos, junto al tontorrón de sir Andrew (John Dougall), forman el trío de juerguistas que ponen en ridículo al desatinado Malvolio en una trama que corre paralela a la de los protagonistas.
La quincena de intérpretes del montaje entra y sale de escena por las puertas de los armarios roperos que ocupan el otrora magnífico salón convertido en desván, como si estuvieran a las órdenes de un mago que los hiciera aparecer o desaparecer. Cuántas posibilidades y referencias ofrece la escenografía de Pavelka. Las puertas son espejos que inciden en el juego de las apariencias que plantea la obra y que aquí, en manos de los Propeller, es un retorno en bucle a la época isabelina, pues el personaje femenino de Viola es el actor Joseph Chance que se hace pasar por Cesario. Es decir, que vuelvan pronto y nos hagan lo que quieran.
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