PSC y ERC piden que Torramadé deje la Diputación de Girona
Los dos partidos piden su renuncia temporal hasta que se aclare la denuncia por acoso sexual a una excolaboradora
Los partidos políticos de Girona empiezan a abandonar la cautela con la que hasta ahora han tratado el presunto caso de acoso sexual que afecta al presidente de la Diputación, Jaume Torramadé, de Unió Democrática de Catalunya (UDC). Ya no lo consideran un asunto “privado” entre un político y una ex asesora, a la que el también alcalde de Salt ha denunciado por extorsión, sino un escándalo que mancha la imagen de una institución pública. ERC y el PSC pidieron ayer a CiU que tome cartas en el asunto y aparte a Torramadé del cargo. Las direcciones de Convergència Democràtica (CDC) y de Unió se reunieron para negociar, según fuentes de la federación, aunque no se hizo pública ninguna decisión.
Los republicanos reclaman que la Diputación abra una investigación interna que “aclare la utilización de presuntos recursos públicos” en las negociaciones que mantuvieron dos enviados de Torramadé con Minerva Amador. El alcalde de Salt realizó, presuntamente, diversos tocamientos a su exasesora durante una cena de campaña el pasado 8 de noviembre. Al día siguiente, ella abandonó su puesto de trabajo en la Diputación y el presidente de este organismo envió a su jefe de protocolo, Josep Maria Amargant, y a otra persona de UDC a negociar el silencio de la mujer, según el relato del propio Amargant.
Torramadé estaba dispuesto a pagar a Amador los 50.000 euros que ella reclamaba como indemnización por tener que abandonar su puesto de trabajo dos años antes de que se acabase su contrato, según el relato de Amargant. Pero cuando el acuerdo estaba cerrado, Torramadé decidió adelantarse y denunciar a Amador por extorsionarle, tras lo cual ella le denunció por acoso sexual, varios días después. Según la Cadena SER, que adelantó el caso, Torramadé pretendía pagar con dinero público de una subvención de la Diputación.
ERC pide que CIU aparte de forma “transitoria” a Torramadé hasta que se aclaren las denuncias cruzadas porque la situación se ha vuelto “insostenible” y ha entrado en una “espiral muy peligrosa”. El presidente de la Diputación niega la mayor y amenaza con querellarse contra Amargant, que el martes abrió la caja de los truenos con un ácido artículo en dos diarios locales. En las filas de Convergència la preocupación es grande ante el aparente inmovilismo de Unió, partido al que pertenecen los dos implicados.
La formación anunció la semana pasada que abría una investigación interna pero no ha tomado ninguna decisión. Las direcciones nacionales de ambos partidos se han involucrado en las negociaciones para minimizar los daños de un turbio asunto que amenaza con acabar con la carrera política de Torramadé, según fuentes de la federación, que apuntan que la decisión se tomará desde Barcelona. Juli Fernández, secretario general del PSC, también instó ayer a la dirección de CIU a que “resuelva la situación de inestabilidad” y a Torramadé a que se aparte del cargo temporalmente”.
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