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“Habrá que reflexionar si la gente nos ve demasiado institucionalizados”

Tras la sangría de votos sufrida el 21-O, este licenciado en Medicina volverá al instituto donde es profesor

Sonia Vizoso
Guillerme Vázquez
Guillerme VázquezANDRÉS FRAGA

Guillerme Vázquez (Pontevedra, 1952) fue concejal y diputado en la Cámara gallega y en el Congreso antes de ponerse al frente del BNG durante los últimos tres años, los más difíciles de la historia de la formación. Tras la sangría de votos sufrida el 21-O, este licenciado en Medicina volverá al instituto donde es profesor.

Pregunta. ¿Encontró en este mes algún exvotante del BNG que le explicara por qué le retiró el apoyo el 21-O?

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Respuesta. La verdad es que he encontrado más gente que nos votó. Mi vida social la hago en Pontevedra, donde tuvimos un más que aceptable resultado electoral. Es probable que el que no nos votó no me lo venga a decir.

P. ¿Qué cambio notará el ciudadano en el BNG tras la derrota?

R. Somos conscientes de la necesidad de reorientar la política y la práctica política del BNG. Trataremos colectivamente de hacerlo pero no sé lo que percibirá. Espero que aumente su confianza.

P. ¿Han concretado esa reorientación?

R. Lo queremos hacer de forma participativa. Estamos debatiendo en asambleas comarcales y escucharemos a círculos de personas que simpatizan con el BNG. Concluiremos en una Asamblea que fijará el nuevo camino.

P. ¿Y cómo debe ser la reorientación a su entender?

R. Tengo mis análisis pero los expondré dentro del BNG. Mi misión ahora no es expresar públicamente mi hoja de ruta.

P. ¿Coincide con el alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores, en que hubo acomodamiento desde 2001 cuando vislumbraron posibilidades de entrar en la Xunta?

R. Una de las reflexiones que quizás tenemos que hacer es si la gente, en este marco de desafección de la política, nos percibe como demasiados institucionalizados y poco útiles en la oposición.

P. ¿Y no me va a decir si usted así lo cree?

R. No lo creo útil para el BNG en este debate sosegado y participativo en el que estamos. Yo defiendo lo que veo intocable: Galicia es una nación, derecho de autodeterminación, antiimperialismo. A partir de ahí, lo que quiera el conjunto de la afiliación.

P. ¿Por qué cree que los votantes descontentos les percibieron como parte del establishment y no así a la coalición del partido de Beiras y Esquerda Unida?

R. Sin entrar en esa cuestión concreta, sabe que las percepciones sociales son fruto no solo de lo que uno es sino también de lo que digan que uno es.

P. ¿Por qué resistieron en la ciudad de Pontevedra?

R. Allí tendrán una percepción de la labor del BNG mejor que en el resto del país.

P. Pero la percepción construida en Pontevedra es la misma que en el resto de Galicia.

R. Sí, pero frente a esa percepción que se construye hay un arma importante que tiene que ver con tener la alcaldía y hacer una determinada política municipal. La medida de abonar la extra de Navidad a los funcionarios sí o sí, diga lo que diga Rajoy o Feijóo, mejora la percepción de la utilidad de nuestra política.

P. ¿Qué hará cuando la asamblea del BNG elija a su sustituto?

R. Volveré a mi trabajo [es profesor en un instituto]. Tengo esa ventaja. Y cobraré lo mismo que estoy cobrando en el BNG.

P. En el BNG debió de haber gente que dejó sus carreras profesionales para dedicarse a la política y ahora queda descolgada.

R. No voy a explicar qué dejé yo en mi vida por la política. Cuando se está por convicción se deja demasiado pero merece la pena. Yo siempre defendí y practiqué que, a poder ser, no se haga de la política una profesión. En el nacionalismo y la izquierda hay gente que dedicó mucho tiempo a la política y descuidó muchos aspectos de su vida, mientras otros dedicaban el grueso de su actividad a tener buenos futuros profesionales. Seguramente es error de quienes nos dedicamos a la primera cosa. Las decisiones políticas no se pueden ver condicionadas por que cierta persona tenga una mejor o peor situación profesional al abandonar un cargo político. Estaríamos perdidos.

P. Esa necesidad de cargos que tuvo el BNG en un momento dado y que arrastró a personas que dejaron su carrera profesional, ¿alejó al partido de la calle?

R. Pues seguramente. La dinámica y las necesidades en un momento pueden hacer que haya gente que se dedique más al trabajo institucional. Pero tampoco conozco tantos casos, ni siquiera en otros partidos, de gente en la política que no tenga una profesión.

P. El BNG presentó hace tiempo iniciativas parlamentarias reclamando la dación en pago. ¿Piensa que hubiera sido más efectivo combinar eso con acciones para frenar desahucios en las casas de los afectados?

R. También estamos en esas plataformas, otra cosa es que no llevemos el pin. He visto fotos donde reconozco a militantes. Y algunas de las plataformas que se montaron en las ciudades contra las preferentes fue por iniciativa del BNG, en nuestros locales. Cosa diferente es si eso tiene trascendencia en la opinión pública. Y a veces hay movimientos de ese tenor que son muy reticentes o contrarios a la presencia de militantes de organizaciones políticas. Eso lo respetamos. A Cayo Lara en una acción contra desahucios casi lo corren a gorrazos.

P. ¿Están abiertos a acciones conjuntas con PSdeG y AGE?

R. Siempre estuvimos. Habrá cuestiones en las que coincidiremos o no. Ya sé que casi es pecado mortal decirlo, pero es como si tuviera que coincidir con el PP, aunque no lo espero.

P. Acusaron a Feijóo de mentir antes y durante la campaña. ¿Qué “mentiras” cree que se destaparán ahora a corto plazo?

R. El concurso eólico. No sé si la gente es consciente que las mentiras ahí ya se destaparon. En los contratos con Pemex se hicieron afirmaciones nunca demostradas. Pero no me preocupa tanto eso como que Galicia está en emergencia nacional. Los sectores productivos van desapareciendo, la gente emigra por miles... Y mientras Cataluña y Euskadi avanzan hasta un perfil propio nosotros corremos el riesgo de ir hacia la irrelevancia política. No son cosas de nacionalistas, eso afecta a las cosas de comer. Euskadi y Cataluña obtendrán beneficios.

P. Los cargos del BNG imputados en casos de corrupción dimiten. Tres excargos acaban de ser absueltos en Ourense. Si se suceden las absoluciones, ¿cambiarán el código de conducta?

R. Hay demasiada imputación y muy poca condena. De la Gurtel ha habido un solo juicio, el de Camps por recibir tres trajes gratis. En la Campeón, en año y pico aún no sabe nadie qué se les imputa. A lo mejor hay que cambiar los criterios por los que un cargo público debe dimitir. Caen muchas honras sin que se pruebe nada.

P. Al margen de si es delito, ¿no le preocupa la estrecha relación que tenía el exconselleiro del BNG Fernando Blanco con Dorribo, un empresario que admite haber pagado sobornos a políticos?

R. La misma preocupación que que el Rey tenga relación con no se sabe qué empresarios. Hay que empezar por la Jefatura del Estado para luego ir al concejal de turno. Lo que hay que demostrar es si la persona favoreció en su acción política al empresario.

P. Blanco admitió que Dorribo le pagó un viaje a Camerún tras abandonar la consellería para asesorarle en negocios eólicos.

R. Yo combato la corrupción por principio pero no se puede llevar eso a cuestiones que en el fondo son anecdóticas. Acompañar a alguien a un lugar donde tiene una inversión lo hace el presidente Rajoy casi como obligación. ¿En un caso es una obligación y en otro es una culpa? Lo que estoy esperando es que contra Fernando, que ya dimitió, se formule una acusación concreta, se juzgue y se demuestre.

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Sobre la firma

Sonia Vizoso
Redactora de EL PAÍS en Galicia. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago. Lleva 25 años ejerciendo el oficio en la prensa escrita y ha formado parte de las redacciones de los periódicos Faro de Vigo, La Voz de Galicia y La Opinión de A Coruña, entre otros. En 2006 se incorporó a El País Galicia.

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