Mentiras y olvidos
Andalucía ha vivido una particular batalla por los desahucios
Los políticos son especialistas en subirse a la cresta de la ola. O al menos de intentarlo.
Es lo que hemos visto tras la explosión del hartazgo de la ciudadanía en el tema de los desahucios que, entre otros miles de dramas, ha costado tres vidas humanas.
Los dos grandes partidos nacionales, PP y PSOE, terminaron por entender que la indignación popular podía deteriorarles aún más e intentaron llegar a un acuerdo para detener los desahucios que terminó en fracaso. El PP hizo lo de siempre, promulgar un decreto ley que más que solución, es un parche.
En Andalucía, también se ha vivido una particular batalla por los desahucios. En el Parlamento y en los Ayuntamientos. El presidente del PP andaluz, Juan Ignacio Zoido, ha librado la suya en dos frentes, al ser diputado y alcalde de Sevilla.
Mientras en la capital andaluza firmaba desahucios de viviendas municipales, como ha denunciado la oposición, en el Parlamento reclamaba al presidente Griñán un pacto antidesahucios.
Este travestismo político ha sido bochornoso. La pasada semana, Zoido acusó en el Parlamento al expresidente Zapatero de ser responsable de los 350.000 desahucios que se han llevado a cabo en España en los últimos años.
La verdad es que desde el inicio de la crisis a hoy se han producido en España 350.000 lanzamientos, que es como se denominan en la jerga judicial los desahucios. (RAE, lanzamiento: despojo de una posesión o tenencia por fuerza judicial). De ellos, solo se han ejecutado 172.000.
Esos lanzamientos han ido en aumento conforme se agravaba la crisis. En estos momentos se producen unos 500 diarios. Como le ha pedido el vicepresidente del Gobierno andaluz, Diego Valderas, Zoido tiene que “dejar de mentir”.
Pero lo peor fue la insidia que lanzó el dirigente popular cuando dijo, dirigiéndose al presidente Griñán: “Y por hacer simplemente una referencia, el señor Pulido, el señor Medel y el señor Claret, ¿con quién se identificaban ellos políticamente cuando dirigían las cajas?”.
Zoido pretendía responsabilizar al actual y al anterior presidente de la Junta, Manuel Chaves, de los desahucios registrados en Andalucía, en connivencia con los presidentes de Cajasol (Pulido), Unicaja (Medel) y Caja Granada (Claret), en su día propuestos por el PSOE para dirigir las citadas cajas. Por cierto que Unicaja sigue siendo una de las entidades más solventes del país.
Que Zoido hable de control político de las cajas, cuando su partido registra un largo historial de apoderamiento de esas entidades, suena a chiste malo.
Comenzando con Cajasur, que desapareció del mapa gracias a la alianza de hierro entre los curas y el PP, dejando, solo en 2010, unas pérdidas de 1.100 millones.
Siguiendo por Bankia, donde el PP colocó al mago de las finanzas, Rodrigo Rato, quien había salido corriendo del FMI para hundir la caja madrileña. Una caja a la que le hemos tenido que meter 23.000 millones de euros y que acumula el mayor volumen de basura inmobiliaria: ha dejado 100 millones de metros cuadrados de suelo improductivo (equivalente a todo el municipio de Las Palmas de Gran Canaria, se decía en este periódico); 45.000 viviendas sin vender y 15.000 locales y garajes.
¿Quiere más actuaciones desastrosas de cajas controladas por el PP? Pues eche un vistazo a las que hoy están intervenidas, las gallegas y valencianas. Todo un ejemplo de buena gestión.
A última hora, además, Rajoy ha modificado las normas para que ninguno de los presidentes de esas entidades intervenidas, con su amigo Rato a la cabeza, tengan que dar explicaciones a sus asambleas respectivas. Ejemplar.
Por ello, habrá que concluir, en palabras de Valderas, que estamos ante un político que, además de mala memoria, es “poco pollo para tanto grano como se necesita en la política andaluza”.
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