El fiscal pide cárcel para una mujer por la muerte de un hombre al que quiso robar cocaína
La acusada creyó que su cuñado le había sustraido la droga y quiso vengarse
Carolina P. guardaba un paquete de cocaína en su casa de Mataró. O eso creía. El caso es que, en enero de 2010, alguien le robó la mercancía. Carolina culpó a su cuñado, con el que compartía piso. Y quiso vengarse. Llamó a una amiga, Jamileth A., colombiana como ella. Le pidió que contactase con alguien para ayudarle a recuperar la droga. Y Jamileth habló con una tercera mujer, Blanca S. con antecedentes por robo y contactos en el mundo del hampa.
El 18 de abril de ese año, Jamileth organizó una reunión entre las tres en Sabor y Caña, el bar que regenta en L’Hospitalet. Blanca aceptó el encargo de Carolina y le dijo que se ocuparía del robo con ayuda de tres hombres. Solo dos han podido ser identificados y, como ellas, se sientan esta semana en el banquillo de los acusados: Juan Carlos B. y Cristian J. Las mujeres acabaron de planificar el golpe por teléfono. El acuerdo consistió en que la mercancía se repartiría entre todos a partes iguales, según el relato del fiscal.
La noche del 1 de mayo, los dos acusados y el hombre desconocido —apodado El Mono— se desplazaron en coche al domicilio de la víctima. Carolina acudió en taxi. En su bolso llevaba dos armas de fuego, entre ellas, un revólver con munición real. Se encontró con sus aliados frente a un frankfurt y les entregó las armas. Mientras ella vigilaba, los hombres accedieron con una radiografía al edificio donde vivía la víctima. Le amenazaron y le obligaron a abrir las puertas de su casa. Allí le exigieron que entregara el material. El hombre pidió auxilio y, para evitar ser descubiertos, los asatantes “se abalanzaron sobre él” y le ahogaron con un cogín. Cuando estaba inmovilizado, El Mono le descerrajó un disparo en el pecho. Murió.
Los hombres no pudieron apoderarse de la mercancía —el fiscal cree que no se ha acreditado que fuese cocaína— y huyeron. La fiscalía pide para Juan Carlos, Cristian y Blanca 25 años de cárcel por los delitos de asesinato, allanamiento de morada y tenencia ilícita de armas. Carolina y Jamileth afrontan una petición de tres años y medio por allanamiento.
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