La fira de las personas
El mercado de los salones internacionales ya no consiste en alquilar metros cuadrados
Transcurridos casi 100 años desde que Barcelona albergara su primera feria de muestras, el contacto entre personas sigue siendo clave para cerrar negocios. Y mejor si esas personas llegan de distintas partes del mundo. Así lo cree el director general de Fira Barcelona, Agustí Cordón. “El mundo en línea está muy bien e Internet es un gran complemento. Sin embargo, hoy en día, en la situación en la que vivimos, la interacción con las personas que toman decisiones es fundamental”. Esa es la premisa con la que piensa seguir dirigiendo este barco, la Fira, uno de los motores económicos y empresariales de Barcelona con presencia en 36 países. En el primer semestre de este año han organizado 38 salones. Y han aguantado el maremoto que ha supuesto esta crisis. “Hemos hecho frente a la compleja situación cumpliendo con nuestra misión de respaldar a los sectores económicos, favorecer las oportunidades de negocio y generar actividad en Barcelona y su entorno”, explicaba ya en diciembre de 2010 el presidente del consejo de administración de la entidad, Josep Lluís Bonet.
Ahora toca mirar más allá de cualquier frontera. “En los próximos cincos años queremos ser una de las cuatro ferias más importantes de Europa, seguramente la segunda feria europea con más operaciones internacionales”, apunta Cordón. ¿Cómo? El mercado de ferias ha cambiado. Ya no solo se trata de vender metros cuadrados. El presente y el futuro pasan por un servicio cada vez más especializado. “Las empresas hoy en día quieren acotar el coste de participación y los resultados. Traemos compradores específicos para nuestros clientes y eso requiere una orientación diferente. Intentamos buscar la demanda interesada tanto nacional como internacional para que interactúen con aquellas marcas que participan en el salón”, explica Cordón. En el extranjero, con presencia en Lationamérica y Asia, combinan la reproducción de salones de referencia en Barcelona, la organización directa y la venta a otras entidades feriales de servicios de tecnología y gestión. Y para salir tienen en cuenta dos requisitos a la hora de elegir un país, la combinación de la seguridad jurídica y un crecimiento que justifique la inversión. “No iremos a cualquier sitio”, apunta Cordón.
El futuro de Fira no puede entenderse sin leer su historia. “Fira es una mezcla de accionistas privados y públicos, pero hay un consejo de administración con una gestión profesional de unos equipos que trabajan según los dictámenes de los clientes, de las marcas, de las empresas. Es el mérito del modelo de Fira. En el año 2000 las Administraciones dieron un paso atrás y dejaron a empresarios y profesionales la gestión integral de este modelo”. Cordón asegura que este modelo lo que debe hacer es “progresar”. Los números avalan este progreso. Como mínimo, de momento. A diciembre de 2011, los beneficios antes de impuestos eran de 11,1 millones de euros y la facturación, de 114,1. En los próximos cinco años, la entidad espera que el 30% de la facturación venga del exterior. Sin embargo, quedan todavía asignaturas pendientes. Joan Gaspart, presidente de Turismo de Barcelona, destaca la importancia de Fira como motor económico de la ciudad, pero también alerta: “La Fira necesita una conexión más rápida con el aeropuerto y con el centro de la ciudad”.
Y mientras llegan las infraestructuras, la Fira disfruta del auge de la industria del móvil. Fira fue una de las instituciones que tuvieron un papel clave para que la asociación GSM eligiera Barcelona no solo como la sede de su congreso, sino también como capital de la telefonía. Los hombres de negro del celular, con John Hoffman a la cabeza, responsable del congreso, decidieron en verano de 2011 que la ciudad, sus instalaciones y sus hoteles cumplían todos los requisitos. Ahora toca aprovechar en los próximos años todas las sinergias que desprenderá la capitalidad y conseguir que Barcelona albergue un verdadero tejido empresarial de nuevas tecnologías, muy pobre en estos momentos. Fira se ha tomado en serio el reto y cuida del móvil como un auténtico objeto de deseo.
De momento, se esperan 70.000 visitantes profesionales para el encuentro del próximo febrero, una cifra récord, que se instalarán por primera vez en el recinto de Gran Via. El lema, el nuevo horizonte móvil. Y en ese nuevo horizonte, Cordón tiene nuevos planes para Fira como, por ejemplo, un gran salón de broadcasting.
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