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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Ley del silencio sobre Bankia

"La gran ruina ha sido nacionalizada, pero no por Rato, sino echando a Rato de la presidencia"

En el libro Converses amb un directiu compromés, Adof Beltran reproduce el testimonio de Emili Tortosa, exdirector general de Bancaja. Emili cuenta cómo en los años 80 la Caja de Ahorros de Valencia cayó en una profunda crisis causada por exceso de riesgo con el sector inmobiliario. Con la entrada de Joan Lerma como presidente de la Generalitat se apostó por mantener y potenciar la caja dada su importancia para la economía valenciana. Se produjeron cambios en la entidad para profesionalizar su gestión y se acometió un plan para sanearla y ampliarla. En unos años la caja se fusionó con otras de la comunidad, dio lugar a Bancaja y tomó el control del Banco de Valencia cuando éste tuvo problemas de supervivencia. Así, a partir de una entidad ruinosa, apareció un coloso financiero que llegó a ser el sexto grupo español y tener en Bancaja la tercera caja española.

Al entrar Eduardo Zaplana en el Gobierno valenciano tuvo la infeliz idea de adueñarse del coloso para ponerlo al servicio de sus prioridades. El PP modificó la ley de cajas para ampliar su control en el consejo, se apropió de la representación política sin respetar la pluralidad y con todo el descaro del mundo, unos años después el grupo Bancaja pasó a estar encabezado por el expresidente José Luis Olivas. Un retiro tan dorado que le ha permitido a Olivas ganar varias veces su peso en oro puro, a partir de un cargo que según la ley no estaba remunerado.

Con Olivas al frente de Bancaja y del Banco de Valencia se ha repetido la historia de excesos con el sector inmobiliario y ahora con el plus de servicio a la economía especulativa impulsada por el Gobierno popular. Emili relata como José Manuel Uncio, subsecretario de la Consejería de Economía, llamaba a Bancaja y daba órdenes asiduamente para que la caja convirtiera en realidad los deseos del presidente popular. Relata como en un momento dado les dijo a los directores de la CAM y Bancaja que “si os ponéis muy chulos Rato sacará una orden, nacionalizará las cajas y se ha acabado”.

Ironías del destino, unos años después Bancaja ha sido entregada a Rato para formar Bankia, una gran entidad española en manos de personajes del PP. La gran ruina de Bankia ha sido nacionalizada, pero no por Rato, sino echando a Rato de la presidencia. A diferencia del Gobierno de Lerma que supo apostar por la entidad financiera para beneficio de la comunidad, Camps y Fabra se han desentendido de la crisis de Bancaja y del Banco de Valencia y las ha dejado caer. El resultado de la nefasta gestión lo pagan los ahorradores y accionistas valencianos, lo pagamos todos a escote con el coste del rescate y lo paga la economía valenciana a la que no llegan los fondos que fagocita Bankia.

Los millones de ahorradores valencianos perjudicados demandan y se merecen explicaciones de lo ocurrido. Los cinco millones de valencianos y valencianas se merecen conocer la verdad y que nada quede impune. Pero el PP valenciano no piensa lo mismo y por eso votó en contra de las comisiones de investigación pedidas por el PSPV en las Cortes Valencianas. Impone la ley del silencio para proteger a Olivas, para encubrir las responsabilidades del PP y para dar un espectáculo mas de sometimiento de Fabra a Rajoy, que ha impuesto el pacto que selló con Rato: nada de investigar Bankia.

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