Responsabilidades compartidas

Trabajan de lo mismo, pero ahora la empresa es suya, de todos. Los trabajadores de las cooperativas Mec2010, La Sargantana y Nou Indret han pasado de trabajar para un empresario a serlo. Son tres ejemplos de sociedades limitadas que, por varios motivos, se convirtieron en cooperativa.

El caso más épico es el de los antiguos Talleres Socar, una metalúrgica de Sabadell que en 2009 presentó concurso de acreedores. De los 33 empleados que eran, 14 se “subieron al barco” y compraron la empresa con el dinero que sumaban capitalizando el paro. La idea fue del propio administrador concursal, explica Paco Delgado, el presidente. “Presentamos un proyecto y el juez lo vio viable”. De aquello hace dos años y ahí siguen después de comprar el activo y la maquinaria. “Todos damos el callo y es más democrático; si las cosas van mal, nos bajamos todos el sueldo”, añade.

Nou Indret es el nombre que los trabajadores de Indret, de Santa Coloma de Farners, dieron a la cooperativa que crearon tras la jubilación del dueño en 2007. Son cinco. La crisis aprieta “pero es gratificante, las satisfacciones son mayores que cuando trabajas para otro”, explica la presidenta, Lali Catalán.

En La Sargantana, un restaurante de Badalona, la apuesta respondió a las ganas de “dar un paso que daba más sentido” al establecimiento, que tiene una intensa actividad cultural. Lo explica Laia Sabater, una de las tres socias de la cooperativa. Es mixta y tiene otra pata, la cooperativa de socios colaboradores y de consumo. Se han constituido este mismo año y celebran “el modelo de empresa en momentos de crisis, porque las responsabilidades son compartidas y logras un apoyo social”.