Feijóo vende otra ración de austeridad
Rajoy, sobre la llegada del AVE a Galicia: "Esto estará terminado en 2018"
A medida que la legislatura avanzaba y los indicadores económicos se desplomaban, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, fue restringiendo su mensaje político al del buen contable que ajusta gastos y no incurre en dispendios superfluos, una idea que ayer en Soutomaior fijó como eje central de la precampaña electoral y que fue sazonada con la promesa del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de que el AVE a Galicia estará terminado en 2018.
“Galicia es la comunidad más solvente de España y eso merece la pena”, concluyó Feijóo ante el millar de militantes y cargos del PP que acudieron al acto de inicio del curso político que los populares celebran anualmente a principios de septiembre en el castillo de Soutomaior. El paro ha sobrepasado el 21% y el cacareado diferencial positivo sobre el PIB estatal es historia, pero Feijóo confía en que el ajuste del déficit sea un activo suficiente para convencer a los votantes. “Merece la pena la política del rigor, supone que le pagamos a la gente, a las farmacias y al transporte”, justificó.
En un discurso en el que no dio cifras salvo para indicar el porcentaje de recorte en cargos públicos, Feijóo obvió que fue el cierre
Volvió Feijóo a incidir en su idea de que el país está en situación de “emergencia nacional” ante la que no queda otra que encomendarse a los populares. “Hay soluciones, por difíciles que sean y por mucho tiempo que nos lleven” recalcó, para volver al planteamiento inicial de que el control del déficit es la prioridad absoluta y casi exclusiva. “Si te hubieses encontrado a España como se va a encontrar a Galicia el próximo presidente, hoy no se hablaría de la prima de riesgo”, dijo a Rajoy. Después apuntó de forma genérica que el sector naval y el pesquero tienen más futuro “que cuando estaban los socialistas en Madrid”, y fijó como objetivo “vencer” a la crisis en una segunda l temprano de los presupuestos el que le ha permitidoen gran parte sacar pecho de la reducción de la deuda de la comunidad, y se jactó de que la Xunta paga a proveedores y funcionarios, no sube las tasas universitarias y “hace hospitales nuevos y los paga”, una afirmación de difícil encaje respecto al hospital de Vigo, con la obra detenida, y el de Pontevedra, cuyas maquetas acumulan polvo. Los recortes, o el “rigor” en la terminología del jefe del Ejecutivo autonómico, “no da para celebraciones, pero merece la pena”, reiteró Feijóo, que entiende que sus medidas han conseguido que Galicie esté “blindada económicamente” porque su Hacienda es “solvente”. Defendió igualmente que el autogobierno está asegurado y “no tiene marcha atrás”, con una defensa del Estatuto de Autonomía —“es nuestra Constitución, junto a la española”, remarcó— y la idea de que “Galicia no creó un problema a España, sino que trabajó para su mejora económica”legislatura centrada “en los que no tienen trabajo y los que lo están pasando mal”.
Lejos de cualquier mención crítica a labor de Gobierno —ni siquiera en el día en que la subida del IVA empezó a rascar el bolsillo de los consumidores, la misma que atacó despiadamente cuando la aprobó el Gobierno socialista— agradeció a los ministros gallegos su implicación en el Ejecutivo. A Pilar Farjas, que pasó de la Consellería de Sanidade a la secretaría general en el Ministerio homónimo, consiguió elogiarla con el argumento de que “logró que haya un sistema de financiación de medicamentos basado en la capacidad adquisitiva de las personas”, en referencia al copago, y a Ana Pastor, como garante de la llegada del AVE a Galicia.
La mención a la infraestructura ferroviaria fue prolegómeno de la escenificación con Rajoy, al que emplazó a mostrar su "compromiso personal" con la los plazos para su conclusión. "Estás dando la cara con el AVE y el resto de problemas", exclamó. Llegado su turno, Rajoy recogió el guante. "Estoy seguro, no porque lo diga yo, sino el BOE, y esto estará terminado en 2018".
"Sacad pecho con Feijóo"
Ante un escenario electoral de cuyo resultado dependerán en gran medida las aspiraciones políticas futuras de ambos, Feijóo y Rajoy se dedicaron elogios y se pusieron como ejemplo de lo que uno y otro promueven para Galicia y España. Empezó Feijóo con una comparación del jefe del Ejecutivo con el entrenador de la selección española de Fútbol, Vicente del Bosque, cuyo punto de conexión sería el rictus imperturbable. “No se le nota cuando gana y cuando pierde”, ilustró.
“Antepones los intereses de la nación a los del partido y a los tuyos”, dijo, para asumir tal principio de sacrificio como suyo propio. “El tiempo te dará la razón ante los que hipotecaron España”, dijo, y remachó: “Galicia nunca te fallará”.
Rajoy devolvió el favor con una defensa del autogobierno. “Nuestro apoyo a las autonomías responde a la convicción de que ha contruibido a la mejora del bienestar de los españoles. Las autonomías son España y prestan servicio a todos los españoles”. Después se deshizo en halagos a labor de Feijóo, en quien el PP pretende centrar la atención electoral por su mejor aguante en las encuestas: “Podéis sacar pecho del Gobierno que tenéis, es un referente para muchos”.
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