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Tu casa a cambio de la mía

La crisis convierte los intercambios de vivienda en una opción vacacional más Madrid es el segundo destino preferido por los extranjeros en España

Uno de los pisos de intercambio en Madrid.
Uno de los pisos de intercambio en Madrid.ULY MARTÍN

Dos desconocidas tienen una cita en una gasolinera. Una vive en Rivas Vaciamadrid; la otra viaja en coche con dos amigas desde París. Aparentemente no habría razón alguna para encontrarse, pero sus destinos se cruzaron en la web gracias a un intercambio que no tiene nada de ilegal. Sonia, madrileña de 43 años, abandonará su casa durante cuatro días para cedérsela a Conchi, una mujer de 50 años que desde los cinco vive en una ciudad cercana a la capital francesa y que eligió Madrid para sus vacaciones. A cambio, Sonia irá un fin de semana de septiembre a casa de Conchi para visitar París. Ambas eligieron intercambiar casa, o lo que es lo mismo: unas vacaciones perfectas para tiempos de crisis.

En la película The holiday, Cameron Diaz y Kate Winslet intercambiaban domicilio por vacaciones en un periodo en el que ambas tenían problemas de pareja. La primera viajaba a Inglaterra y la segunda a EE UU. En España el argumento sonó raro cuando se estrenó en 2006. ¿Quién en su sano juicio deja su casa a un desconocido? Actualmente, esta es una realidad a la que se apuntan muchos madrileños. Es una forma alternativa de viajar y conocer la ciudad de forma más cercana.

Intercambio con instrucciones

  • ¿Seguro que es gratis? No del todo. La suscripción a las webs para intercambiar casas cuesta entre 50 y 100 euros al año. Intercambio Casas son 95,40; Holiday Exchange, 49; y en Home for home se puede elegir un mes gratis o un año por 66,95.
  • ¿Cómo funciona? Hay que registrarse, añadir una vivienda y ponerse en contacto con otros usuarios que ofrecen sus casas. Los intercambios pueden ser simultáneos (cambiar casas en las mismas fechas) o no.
  • ¿Cuáles son los destinos favoritos? Según Home Exchange: Estados Unidos, España y Australia.
  • ¿Es fiable? Los entrevistados aseguran que no han tenido nunca problemas. Siempre se recomienda precaución.
  • ¿Qué más se puede intercambiar? A veces el trueque puede implicar cambio de vehículos y el cuidado de las mascotas.

“Mis amigos me dijeron que era una locura”, cuenta Sonia en una cafetería del centro de Madrid. “Dejar tu intimidad a la vista de un desconocido no agrada, pero tenemos que abrir un poco la mente”, asegura esta madrileña que se estrenará en el intercambio de casas cuando llegue a París. Le ha gustado tanto la idea que ya tiene previsto hacer un segundo trueque, esta vez en Italia.

El número de intercambios ha aumentado un 15% desde 2010 y se prevé que Madrid alcance los 400 este año, según Home Exchange, empresa pionera en el campo creada en California en 1992, antes de la revolución web.

Pero esta manera de viajar se remonta a los cincuenta. Era una práctica habitual entre los profesores de universidad de países anglosajones. Disponían de largas vacaciones estivales y confiaban en los catedráticos de otras facultades. Se prestaban las casas y hasta se empezaron a hacer catálogos con las viviendas disponibles.

La Red ha puesto esta forma de viajar al alcance de todos. España se ha convertido en uno de los destinos más deseados del mundo, con Madrid como segunda elección para los viajeros internacionales. “Es el segundo porque no tiene mar”, explica Violeta Díaz, representante en España y Latinoamérica de IntercambioCasas.com, versión española de Homexchange.com. “Barcelona es la más solicitada. Los extranjeros relacionan nuestro país con la playa, el sol y el mar”, dice.

Amparo Vañó, directora de la web Holiday Exchange, abrió su página en 2010. Por aquel entonces vivía en EE UU y veía que la mentalidad española de desconfianza y miedo estaba cambiando. “En dos años, las solicitudes se han disparado”, asegura añadiendo que una de las sorpresas ha sido el aumento de intercambios dentro de las fronteras españolas.

Con la bolsa de su hija de tres años a cuestas, Arturo camina hacia la playa de Benicarló, municipio castellonense. Tiene una casa en el centro de Madrid que ha preferido utilizar para el intercambio en lugar de alquilarla. “Es como estar en casa”, opina este funcionario madrileño. “Sabes dónde ir a comer porque te lo han recomendado y qué visitar. Es ser turista sin serlo”, dice añadiendo que este es su segundo intercambio. El primero fue hace unos días en Lloret del Mar. “Lo que me ahorro es lo que me quitan de la paga de Navidad”, asegura con sorna refiriéndose a los recortes.

El sistema se extiende y se transforma. Díaz apunta que hace 20 años había muy pocas casas y que pertenecían a extranjeros afincados en Madrid. Hoy ya se puede incluso intercambiar una habitación alquilada. La única condición es que lo acepten los dueños del piso y los compañeros.

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