Albéniz tiene ‘soul’
Un castillo a la orilla del Lozoya, música clásica nacionalista y clarinetes, metales y una batería La Orquesta Nacional de Jazz no entiende de fronteras creativas. Mañana lo prueba en Buitrago
Las obras de Turina y Albéniz son piezas habituales en los auditorios de música clásica. Pero, ¿y en un concierto de jazz? La Orquesta Nacional de Jazz interpreta una revisión de la música nacionalista española mañana en el patio de armas del castillo de Buitrago del Lozoya. “En España tenemos muchas orquestas de música clásica, pero hay que aportar algo más al panorama sinfónico. Y el lenguaje del sinfonismo del futuro es el jazz: creativo, fresco y sin fronteras”, explica el director de la Orquesta Nacional de Jazz, Ramón Farrán. Es el encargado de componer gran parte de las piezas que toca el conjunto, y un estudioso de la música clásica y el folclore españoles —estudió en Barcelona con Zamacois, el hombre que escribió los tratados de Armonía que hoy se estudian en todos los conservatorios españoles—. “El jazz es un lenguaje universal, Estados Unidos lo marketinizó,pero su lenguaje está en la cultura de todos los países. Yo lo que quiero es usar ese lenguaje con nuestra música”, comenta.
De la boca de Farrán solo salen alabanzas para los compositores nacionalistas de finales del siglo XIX. “Estos compositores fueron grandes investigadores musicales, se fueron a los lugares en los que nació nuestro folclore, a buscar la raíz”, explica el director sobre Turina, Granados, Falla y Albéniz, a los que considera “unos verdaderos maestros”. Por eso ha querido rendirles homenaje en uno de los discos que ha grabado con la orquesta, Jaleos, que es “una vuelta por las músicas de España, de Andalucía a Euskadi”. Varios compases de la Orgía de las Danzas fantásticas de Turina, una partitura llena de fuerza y colores, le bastan a Farrán para levantar su Orgía de Líbar, una pieza que retrata la Andalucía blanca de los pueblos de la sierra de Cádiz, lugar al que se desplazó para empaparse de lo que en su día inspiró a Turina.
Otra de las obras en el concierto es la que da nombre al disco, Jaleos, un tributo a la inmortal Suite Iberia de Albéniz, un reto para cualquier pianista. “El trabajo de la Orquesta Nacional de Jazz consiste en recuperar la música folclórica a través del jazz. En España tenemos una gran potencia a la que no se le saca partido. Se trata de buscar la raíz y crear algo actual”, explica Farrán. Y para ello se ha rodeado de los que llama “mis amigos”, que no son otros que Paquito D’Rivera, Jorge Pardo, Jerry González o Chano Domínguez.
Para el segundo concierto el día 29, que también será en el patio de armas del castillo de Buitrago, el repertorio será muy distinto. Sustituirán a las composiciones de toque folclórico las canciones de los años veinte que denuncian la discriminación y el maltrato a las mujeres. Canciones neoyorquinas cantadas por mujeres que volverán a renacer décadas después en un concierto en el que también estarán el trompetista Jerry González y el violinista Ara Malikian. Y en el que el propio Farrán, tras años sin coger las baquetas, volverá a sentarse a la batería.
Orquesta Nacional de Jazz. Mañana, a las 21.30, en el patio de armas del castillo de Buitrago del Lozoya. 18 euros.
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