Lone Scherfig aboga por el riesgo y el arte en el cine

Dogma no llega a 20 años, pero parece que haya pasado un mundo. El movimiento cinematográfico capitaneado por Lars Von Trier y Thomas Vinterberg, que ponía reglas para rodar en escenarios naturales, sin efectos especiales, se estrenó con un manifiesto en 1995 y una película, Celebración, en 1998.

Lone Scherfig fue la primera directora que fue aceptada en el grupo por su filme Italiano para principiantes. Este lunes, la realizadora danesa de 52 años sostuvo en el festival Cinema Jove de Valencia que Dogma “era riesgo puro”. “Te daban el dinero y ponían fecha de finalización de la película y nada más”, añadió. Recordó que los votos de castidad dogmáticos le sirvieron para “aprender cómo convertir los obstáculos en dones” y para estar “preparada en la búsqueda de alternativas que no impliquen la renuncia al espíritu original de lo que se quería conseguir”.

La realizadora de la estupenda An education también resaltó el sugestivo experimento que supuso la regla que impedía hacer películas de género, porque propiciaba “híbridos muy interesantes”. Scherfig atribuyó la angustia vital y el espíritu atormentado de muchos de los cineastas daneses dogmáticos a la propia riqueza y bienestar del país, que originaba un cine más preocupado por la identidad y las preocupaciones personales que por reflejar los problemas sociales.

Rememoró cuando estudiaba cine y todos los alumnos esperaban los últimos estrenos del cine de autor, que llevaban el nombre de Luis Buñuel, Federico Fellini o François Truffaut, que eran fuentes de inspiración. Ahora, también hay cineastas independientes como Guillermo del Toro, pero el cine más personal y arriesgado no cuenta con apenas recursos, agregó la directora, galardonada con la Luna de Valencia del certamen.

El cine más personal y arriesgado apenas tiene recursos, dice la directora

Scherfig se extendió sobre las diferencias entre los actores americanos “del método”, que buscan en sí mismos la inspiración para encarnar a sus persones, y los actores británicos “más técnicos”, que se alimentan artísticamente de experiencias ajenas, de otros. Además, destacó la versatilidad de Penélope Cruz y el hecho de que cuando ella sale en pantalla “todo el mundo palidece”, como sucedía, por ejemplo, en Vicky Cristina Barcelona, de Woody Allen.

Además, la directora austríaca Anja Salamonowitz presentó en la sección oficial su estreno cinematográfico, Spanien, un drama con amores a tres bandas y un largo viaje desde Moldavia hacia España como destino ideal por la “flexibilidad” que ofreció durante unos años para la regularización de inmigrantes. Tras un accidente, un joven moldavo se queda varado en un pueblo de la Baja Austria de camino a España. Durante su estancia en el pueblo trabajará con un sacerdote en la restauración de una iglesia y se enamorará de Magdalena, exmujer de un policía encargado de la inmigración ilegal que tratará de recuperar a su esposa por encima de todo.