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Coco Ciëlo murió desangrado tras recibir una brutal paliza, según los forenses

“Estaba hecho un cristo, destrozado y empapado de sangre”, aseguran los médicos

F. Javier Barroso
El músico y pinchadiscos Jorge Luis Revilla, 'Coco Ciëlo'.
El músico y pinchadiscos Jorge Luis Revilla, 'Coco Ciëlo'.

“La muerte de la víctima fue lenta, porque murió desangrado y no tenía afectado ningún gran vaso como la aorta o la femoral”. Así ha descrito esta mañana cómo murió el 27 de septiembre de 2008 Jorge Luis Revilla, más conocido como Coco Ciëlo, uno de los forenses que realizó la autopsia al cadáver. Los cuatro médicos que han intervenido en el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Madrid han referido que el fallecido recibió una brutal paliza con golpes especialmente fuertes en la cabeza. De hecho, el presidente del Tribunal ha llegado a comentar que la víctima “estaba hecho un cristo, destrozado y empapado de sangre”, al comentar las imágenes del levantamiento del cadáver.

Los forenses han destacado que el examen externo del cuerpo ya permitía apreciar múltiples heridas y hematomas. Una de las lesiones afectaba a la frente y permitía ver la parte ósea del cráneo. Otra afectaba al labio superior derecho, que le hizo perder al menos dos dientes. Los facultativos también comprobaron que había recibido un fuerte golpe en la nariz y en los ojos, cuyos párpados estaban hinchados e impedían que se abrieran. Jorge Luis también sufría un golpe en la parte lateral trasera que le produjo cortes de tres, cinco y 15 centímetros, junto con erosiones en el codo derecho y lesiones en las rodillas.

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Cuando el cadáver fue hallado, se encontraba maniatado. Dos de los forenses, contratados por la acusación particular, han relatado que la víctima intentó liberarse, lo que le produjo un fuerte hematoma en una muñeca, además de una pequeña erosión. Los médicos que realizaron un informe a instancias de la familia también han relatado que la muerte se produjo en tres acciones distintas. La primera agresión se produjo en una de las habitaciones de la vivienda, donde recibió al menos el golpe en la frente. Allí permaneció bastante tiempo ya que llegó a empapar el sofá donde permaneció. Después el cuerpo fue arrastrado hasta la habitación contigua, según se aprecia por las manchas de sangre y en las lesiones que tenía el cadáver. Por último fue colocado en otra habitación, maniatado, ya prácticamente sin vida. Los atacantes le pusieron una camiseta en la cara, que terminó empapada de sangre.

“La víctima ya no tenía en este punto ni fuerza para intentar quitarse el trapo que le colocaron. Le faltaba cualquier posibilidad de movilidad que respondiera al instinto de supervivencia”, ha explicado uno de los forenses de parte.

Los facultativos han calculado que la víctima perdió unos tres litros de sangre hasta que se produjo el shock hipovolémico y murió desangrado. “La apertura del cráneo permitió apreciar que no presentaba ninguna hematoma interno que le causara la muerte al instante, pese a los golpes recibidos. Eso nos ha hecho concluir que la muerte se ha producido por haberse desangrado”, han concluido los forenses.

Estos han relatado que al menos hubo dos agresores, ya que una persona le golpeó frente a frente, mientras otro lo hizo desde la parte posterior. Utilizaron un objeto romo, compatible con una botella, que luego se fracturó en la agresión, lo que le causó diversos cortes en la cabeza. De hecho, los forenses hallaron incluso algunos fragmentos de vidrio en el cuero cabelludo de la víctima, cuando le practicaron la autopsia. “En los hematomas se aprecia incluso la forma circular del culo de la botella empleada. A través del borde fracturado se podría saber qué tipo de botella o el diámetro de la misma”, ha concluido el especialista contratado por la acusación particular.

Las abogadas defensoras de los dos acusados han preguntado a los forenses si el pinchadiscos podría haber sufrir alguna patología (como problemas de coagulación o incluso alguno más grave) que hubiera agravado las lesiones. Los especialistas han contestado que cabía esta posibilidad.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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