“Lendoiro es una bendición para un entrenador”

A José Luis Oltra (Valencia, 1969) le gusta hablar y rebatir. Y tiene un punto radical en sus afirmaciones, lo que le lleva, por más que lo intente evitar, hacia el titular. Aparentemente relajado por el objetivo cumplido del ascenso, deja claro que no lo ha pasado del todo bien e, que la presión fue asfixiante. Y señala a los medios de comunicación. "Estoy muy contento porque no hay dinero que pague hacer feliz a tanta gente y disfrutarlo con ella. Además el día a día con la plantilla ha sido perfecto, pero hemos pagado la obligación de tener que ascender sí o sí".

Pregunta. ¿Supuso un desgaste?

Respuesta. Lógicamente, pero intentamos que no se notara. El equipo ha competido bien y de la calle me llegó aliento y gratitud, pero no fue un año para disfrutar con la prensa. Me extrañó que no se subiera al carro de la victoria y nos siguiera apretando. No se ha valorado lo que hizo el equipo y hubo una presión excesiva sobre él.

P. ¿Y afectó al equipo?

R. A mí me saturó y me hizo pasar un auténtico calvario. En el tramo decisivo lo que leía era que nos recortaban puntos, que en el año no sé cuantos se había perdido un ascenso, que el equipo llegaba cansado… Por eso dije que había sufrido el ascenso, pero también lo disfruté porque era necesario para el club y la ciudad, para los futbolistas que se quedaron. Y para mí era un reto y una oportunidad.

P. ¿Sólo generaron presión los medios de comunicación?

R. Desde el club me transmitieron siempre tranquilidad, a pesar de que sabíamos que había que ascender.

P. Hubo unas declaraciones suyas antes del último derbi…

R. Ya sé por donde va. Me expresé mal, lo reconozco. Fue una entrevista a las nueve de la mañana en la que me preguntaron que era más importante para el club si subir a Primera o ganar la Liga. Dije que el ascenso y me fui de la boca porque textualmente añadí: “Si no ascendemos, el club a lo mejor no es viable”. Pero yo no tenía esa información. Quise decir que el club seguramente no iba a poder hacer otro proyecto tan competitivo en Segunda. Y se sacó un titular..

P. No fue el único. “Somos el Barça o el Madrid de Segunda” le persiguió media temporada.

“He recibido más críticas por mis palabras que por mis hechos”

R. Se me ha criticado más por mis palabras que por mis hechos. Le aseguro que el año que viene no seré el mismo. Iré a las ruedas de prensa tranquilo y dispuesto a no dar titulares. Se llegó a decir que yo invitaba a la gente a ir al cine y no al fútbol si se quería divertir. Y era una manera de hablar. Ganábamos y se hablaba de sufrimiento y no de lo bien que jugaba el equipo. No tengo la culpa de lo que se haya vivido otros años. Hemos pagado el penalti de Djukic, el descenso...

P. Ocurrió muchas jornadas consecutivas en Riazor que el equipo se adelantaba en el marcador y acababa apretado. ¿No cree que había motivos para indagar porque ocurría eso?

R. Eso fueron casualidades de la vida, hágame caso.

P. ¿Usa las ruedas de prensa para lanzar mensajes al vestuario?

R. Siempre. Las preparo todas. Hablo con el responsable de prensa de mi agencia de representación para orientar los mensajes para los medios, pero también para los futbolistas. También consulto al psicólogo, Macario Bravo, que es una persona clave en este ascenso. Ellos me apuntan qué podemos destacar, pero luego tengo mi carácter y no siempre cumplo lo previsto. Este año no he dado la imagen que me hubiera gustado.

P. ¿Cuál ha sido la principal característica del equipo?

R. La responsabilidad. Hemos sido fieles a una idea e incluso en los momentos más delicados hemos mantenido la confianza en esa forma de jugar, de ser protagonistas, ofensivos y valientes. Por eso me sorprende que, con todo lo que se ha visto aquí en los seis o siete últimos años, todavía no haya calado. Un señor me dio el otro día las gracias no ya por ascender sino porque había traído el fútbol otra vez. El equipo se ha asociado y ha combinado. ¡Se han juntado pases!

P. ¿Hubiera pulido más el aspecto defensivo?

R. Querría apretar más arriba de lo que lo hemos hecho, pero por las características de los jugadores he tenido que juntarlos más. Pero no defendimos al borde del área como hizo el Depor en otros momentos. Fuimos a apretar al rival, aunque no tanto como me gustaría.

P. ¿Y aún así no cree que se ha descubierto mucho?

R. Solo cuando íbamos perdiendo. Me lanzaba a por el partido y a veces era una ruleta, pero en Primera sé que a la contra me pueden matar.

P. ¿Qué se puede mejorar respecto a este año?

R. Hemos encajado goles por asumir riesgos y pensar que hacerlo podía ser un problema. Podría jugar con cinco atrás como se hizo en Primera, pero prefería tratar de ganar 4-3 a empatar a cero. Hubo problemas de funcionamiento colectivo porque había jugadores que no estaban acostumbrados a apretar tan arriba y en el momento justo. Eso nos generaba desequilibrios y nos costó muchos goles. Era cuestión de tiempo, de que la gente asumiera su rol.

“Algunos partidos han sido una ruleta. En Primera sé que a la contra te matan”

P. Los cambios llegaron a raíz de sanciones y no por decisión técnica. Usted dijo tras ganar al Celta en noviembre que sí Jesús Vázquez hubiera podido jugar, Domínguez no hubiera entrado.

R. Correcto. El problema es que soy muy sincero. Veníamos barruntando ese cambio porque veíamos que Álex y Jesús eran muy similares y en esa zona teníamos poco fútbol. Coincidió el pensamiento con la circunstancia. Y lo mismo en el caso de Zé Castro y Aythami. Pero si los cambios hubieran sido al revés igual también hubieran funcionado. No es tan fácil.

P. ¿Cómo llevó los malos momentos?

R. De cara al exterior con tranquilidad; dentro tratando de transmitir seguridad. El vestuario es maravilloso, con veteranos que tienen jerarquía y ganas de ayudar, sin grupos.

P. ¿Ha sido una Segunda diferente a la de otros años?

R. No. Igualada, larga... Cuesta mucho ganar. Es cierto que se va jugando más al fútbol que antes, pero porque los modelos que ganan son esos y todos tratamos de copiar. El cambio es que con 85 puntos siempre eres campeón y este año pueden no valer para subir directo.

P. ¿Cree que Lendoiro le ha visto las orejas al lobo y hará una plantilla competitiva?

R. Seguro. La situación es la que es, pero hay una base para no pasar apuros. Para un técnico no hay presidente mejor porque da seguridad, confianza y no cuestiona públicamente ni casi nunca en privado nada de lo que hago. Para mí Lendoiro es una bendición.

P. ¿Le incomoda que un representante como Jorge Mendes pueda tener demasiada influencia en la confección del plantel?

R. Estoy al margen de ello. Tendré peso en las decisiones sobre la plantilla, pero sobre todo estoy para gestionar recursos.

P. ¿Es un objetivo para usted entrenar al Valencia?

R. De niño era una ilusión jugar en el Valencia. Lo hice en categorías inferiores, pero al hacerte mayor te alejas del sentimiento. Firmaría estar toda mi carrera en el Deportivo o en Primera.