Victoria del Athletic en las calles de Madrid
La afición bilbaína llena las calles de la ciudad de rojo y blanco frente a la más discreta presencia azulgrana Está previsto que lleguen unos 80.000 aficionados para seguir la final de la Copa del Rey
Madrid se ha despertado esta mañana pintada de rojo y blanco. Miles de aficionados del Athletic de Bilbao pasean a estas horas por el centro de la ciudad, ocupan cafeterías y restaurantes y llenan vagones y vagones del metro. En Madrid Río no se ven más que escudos del equipo, familias, amigos e hinchas solitarios con camisetas, banderas e, incluso, copas del rey de aluminio o cartón en sus manos. Muchos caminan en busca de la carpa, situada en Príncipe Pío, que acoge las actividades del Athletic Hiria, repleta a estas horas de aficionados que han venido a ver la final de la Copa del Rey Barça-Athletic que se juega a las diez de la noche en el Vicente Calderón. Un partido en el que los aficionados tienen puestas sus esperanzas aunque casi todos reconocen que “la victoria es difícil”. El Barcelona se jugará el título con el Athlétic en el que será el último partido de su entrenador, Pep Guardiola.
La música tradicional suena bajo la carpa. Los seguidores descansan a la sombra, intentando evitar el calor abrasador con el que ha amanecido hoy la capital. Y las porras, por muy difícil que sea el triunfo contra el equipo de Messi, van encaminadas a la conquista rojiblanca. “Mi corazón dice 6-1 pero con un 1-0 me conformo”, explica un hincha, cerveza en mano y sonrisa puesta. Pase lo que pase esta noche, se divertirán, asegura su amigo.
Al mediodía llegaba a la carpa rojiblanca lo que parecía un tren. En el remolque llevaba una gran cabeza de león. “Es algo así como un tren”, decía un miembro de la peña Beti Zurekin, protagonistas de esta iniciativa. “Las ruedas son de coche pero es un tren de paseo”. Salieron el lunes del País Vasco y han tardado cinco días en recorrer el camino hasta Madrid. “Las carreteras nacionales son más lentas. Hoy venimos sin apenas dormir, pero con el alma hinchada y felices de estar aquí. ¡Aupa Athlétic!", ha concluido riendo y saludando a la multitud que se acercaba a saludarlos.
Los leones han traído hasta su propia banda, que ha recorrido la carpa mientras los hinchas los seguían bailando alrededor. El himno rojiblanco sonaba y los seguidores lo cantaban a pleno pulmón entre fotos y tragos de cervezas.
Los niños corretean entre la gente bailando y agitando pequeñas banderas de su equipo, confiados en que van a ganar. “Yo digo que quedarán 3-1”, asegura un pequeño aficionado. Sorprende la cantidad de carritos de bebés. “El mío tiene cuatro meses y ha venido conmigo a todos los partidos”, asegura Argine, madre del niño que ya lleva una minúscula camiseta del Athletic. “No tenemos entrada, pero queríamos venir a ver el ambiente. Siempre es fantástico”, dice extendiendo sus brazos hacia el panorama: la gran carpa, la pantalla gigante que pasa partidos de hace años, las barras llenas de gente, los grupos riendo sentados en el césped de los alrededores, las porras espontáneas entre las dos aficiones. “No se respira más que fiesta”, concluye.
La zona culé, junto a Matadero Madrid,está menos transitada. Las instalaciones impactan más pero la sensación de celebración no llega como en la carpa del Athletic. Tienen futbolines, voluntarios que te pintan la cara de azul y granate, un chutómetro, un pequeño campo de futbol para jugar al sumo-balón y una gran barra de bar con mesas y sillas a la sombra. Se oye algún que otro petardo. La razón es que muchos de los aficionados del equipo azulgrana han venido desde Valencia. El ambiente, a pesar de ser festivo, no llega a ser como la fiesta que se siente junto a los rojiblancos.
“El Athlétic no está tan acostumbrado a la victoria, por eso en su carpa hay un ambiente más festivo”, ha bromeado un culé. Esa puede ser la razón de que muchos de los hincas del Barça se hayan desplazado hasta Príncipe Pío para celebrar el duelo entre equipos. “Estamos encantados de poder celebrarlo con la afición del Athlétic”, dice un seguidor culé que viste la camiseta de su equipo. “El ambiente es festivo y nunca tenemos problemas con ellos. La confrontación no existe entre los seguidores de ambas escuadras”, concluye.
Según estimaciones de la policía, hay entre 3.000 y 4.000 personas en la zona fan athlética y la gente no deja de llegar. Entre las tres y las cuatro de la tarde se espera que lleguen más autobuses con hinchas rojiblancos que, al final de la tarde, llegarán a los 50.000. En Matadero Madrid no llegan a las 2000 personas y la policía prevé que sean 20.000 los aficionados azulgrana. “Es porque nosotros tenemos entrada para el partido”, manifiesta un seguidor del Barcelona. “Aquí cerrarán las puertas a las ocho y los del Athlétic se quedarán viendo el partido en la carpa”, pronuncia.
Ninguno de los dos equipos obvia la petición de la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, de cancelar el partido tras el último encuentro en 2009 de la Copa del Rey cuando ambas aficiones pitaron al Príncipe al terminar el partido. “Si Aguirre llega a decir esto hace tres meses no vendríamos ninguno”, asegura Unai, hincha rojiblanco. “Se ha estimado que ambas aficiones desembolsen unos 15 millones de euros. Me parece que en Madrid hacen mucha falta”, sentencia dándole un trago a su botellín de cerveza. Aseguran que para ellos es una fiesta y que no se debe crear un estado de miedo. “Nosotros no lo tenemos”.
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