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elecciones en el colegio de médicos

Los médicos eligen representante bajo la sombra de opacas relaciones comerciales

Dos miembros de la Junta anterior se presentan tras desvincularse de esa etapa

Elena G. Sevillano

Seis candidaturas. Casi 39.000 médicos que pagan religiosamente —están obligados si ejercen— por pertenecer al Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (Icomem). Y muchos, quizá demasiados, no lo sienten como suyo. Creen que no les representa, que no se preocupa por lo que realmente importa: sus condiciones de trabajo y la calidad de la asistencia que prestan a los ciudadanos.

Las elecciones que se celebran mañana podrían dar un vuelco al histórico desinterés que han mostrado los médicos por su colegio profesional (ocho de cada diez no votan). Las redes sociales, en las que muchos candidatos se han volcado estos días, juegan por primera vez un papel decisivo. Páginas de facebook, cuentas de twitter, posts de los médicos más activos en la blogosfera sanitaria... han servido para dar a conocer los programas. Sin embargo, el debate de ideas se ha visto empañado durante casi toda la campaña por cuestiones extraprofesionales: el contencioso que mantiene la Junta directiva saliente con la correduría de seguros Uniteco Profesional.

El último episodio del culebrón se vivió ayer mismo, cuando la candidatura de Miguel García Alarilla, vicepresidente de la última Junta y presidente en funciones del Colegio los últimos 18 meses, denunció públicamente que ocho de los miembros de otra candidatura, la de Sonia López Arribas, recibieron pagos mensuales de Uniteco a través de la empresa Qualitas Qualitatis. Uniteco no tardó en responder. La empresa asegura que únicamente siguió una orden expresa de la presidencia del Colegio de Médicos para destinar unas cantidades (ya contempladas en el contrato que la une con la institución) a remunerar a los miembros de la Comisión Delegada de la Comisión Científica. García Alarilla “era vicepresidente y tenía conocimiento de ello”, aduce.

El presidente de Uniteco, Gabriel Núñez, aportó ayer a EL PAÍS una carta firmada por la anterior presidenta, Juliana Fariña, en la que da instrucciones a Uniteco para destinar 128.600 euros anuales a remunerar el trabajo de la Comisión Delegada. Núñez añadió que Uniteco únicamente ha pagado al Colegio en concepto de mecenazgo y patrocinio 2,4 millones de euros durante el mandato de Fariña, algo que, asegura, puede “demostrar documentalmente mediante un informe de auditoría”. La empresa se ha querellado contra seis miembros de la Junta directiva saliente por una rueda de prensa convocada en noviembre pasado en la que Miguel Ángel Sánchez Chillón, vocal de Atención Primaria y también candidato, denunció en nombre de los demás que Uniteco tenía controlados todos los servicios del Colegio gracias a haber “secuestrado” la voluntad de Fariña.

En resumen: dos miembros de la anterior Junta son ahora candidatos y se enfrentan a una querella por haber denunciado prácticas supuestamente poco éticas de la correduría oficial del Colegio de Médicos. Se da la circunstancia de que otra aspirante a la presidencia, la psiquiatra Sonia López Arribas, miembro de la candidatura de Fariña en 2008, es señalada por los demás como la “candidata tapada” de Uniteco. Tanto ella como la empresa lo niegan. Sin embargo, Núñez admitió ayer a EL PAÍS que está apoyando su campaña a título individual, aunque no necesariamente con dinero, precisó. Añadió que la candidatura de la psiquiatra es la mejor, puesto que es la única que ha prometido rescindir todos los contratos actuales con las empresas que trabajan en el colegio.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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