El Celta más heroico
Una remontada en inferioridad numérica deja al equipo celeste a dos pasos de Primera
Hubo una acción, justo antes del empate, que pudo haber cambiado el rumbo de este campeonato y sepultado las opciones de ascenso del Celta. Con diez hombres desde el minuto cinco, cuando el meta Sergio atropelló a Maldonado en el área, atribulado por la inferioridad y la tensión, el joven equipo de Paco Herrera pasaba por momentos de zozobra. No tanto por el esfuerzo, tampoco por el acierto o una actitud que nunca bajó de sobresaliente, como por los problemas que le estaba ocasionando el Xerez en defensa. Bien abierto, con pausa y calidad, el equipo andaluz movía la pelota con criterio, buscaba opciones a partir de la paciencia y la encontró en una galopada de José Mari por la banda derecha que acabó con centro al corazón del área, por allí entró Tato, que solo ante la línea de gol y con Yoel desbordado remató con la espinilla y mandó el balón a cinco metros del palo.
Celta 4 - Xerez 1
Celta: Sergio; Hugo Mallo, Oier, Túñez, Roberto Lago (Bellvís, m. 70); Borja Oubiña, Álex López; Toni, Bermejo (Yoel, m. 10), Orellana; y Iago Aspas (Insa, m. 74). No utilizados: Catalá, Bustos, De Lucas y Joan Tomás.
Xerez: Toni Lechuga; Campano, Lombán (Capdevila, m. 77), Calahorro, Mendoza; Raul Garcia, Cordero (Rueda, m. 36); Israel, Tato, Maldonado; y Jose Mari (Doblas, m. 50). No utilizados: Herrero, Robusté, Vega y Redondo.
Árbitro: Arcediano Monescillo. Expulsó en el minuto 5 a Sergio, en el 48 a Toni Lechuga y en el 90 a Hugo Mallo, por doble tarjeta amarilla. Amonestó a Cordero, Lombán y Rueda
Goles: 0-1, m. 10. Mendoza, de penalti; 1-1, m. 28. Iago Aspas; 2-1, m. 51, Iago Aspas; 3-1, m. 81, Álex López; 4-1, m, 87, Orellana
Balaídos. Unos 20.000 espectadores.
Se vio perdido el Celta, pero se levantó de una manera que lindó con el heroísmo. Fue un equipo solidario que supo suplir con ayudas la ausencia de Bermejo, sacrificado en la sustitución que derivó de la expulsión, jugada en la que además Maldonado pudo partir en fuera de juego. Se multiplicaron Orellana y Toni para dejar las bandas a los laterales y caer hacia posiciones centradas, encontraron la ayuda de Aspas, futbolista mayúsculo en estado de gracia, pleno de carácter para liderar a sus compañeros y echarse el equipo a la espalda. Fueron Toni y Aspas los que conectaron para igualar el marcador a la media hora de partido. Y todo acabó de virar. El Xerez perdió la pelota, la zaga celeste ajustó la línea para desmantelar los desmarques de José Mari y dejarlo en posición incorrecta. Creció Balaídos, que pasó del silencio a la ebullición. Tembló el Xerez en todos los sentidos, tanto que Lombán se trastabilló y derribó a Aspas cuando encaraba a Toni, pero el árbitro no aplicó similar rasero al de minutos antes.
Al descanso se fue exultante a la caseta el Celta, sabedor de que tenía el partido en la mano, porque pese a jugar con uno menos, a las decisiones arbitrales, a tanto infortunio, había llevado el partido a donde quería, a un ritmo elevado, a la ruptura. Además había recuperado la posesión de la pelota y minimizado los riesgos atrás. Supo cambiar la suerte, trabajó por ello. Por eso encontró la victoria, porque a Aspas no se le movió ni un músculo para embocar un penalti que puede dar un ascenso, porque el Xerez se quedó con diez y su entrenador retiró a José Mari, su delantero más peligroso, justo cuando se iba a tirar el penalti. Porque el Celta le echó casta y clase, con varios hombres tocados supo sufrir. Sentenciaron Álex López y Orellana y abrieron la puerta de Primera.
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