Autovía a ninguna parte
Fomento abre siete kilómetros de carretera sin continuidad que han costado 37,6 millones de euros
El Ministerio de Fomento abrió por sorpresa el pasado sábado un primer tramo de siete kilómetros de la autovía A-14, entre las localidades de Rosselló y Almenar, que de momento no tendrá continuidad ni hacia el valle de Aran ni hacia Lleida, donde está previsto que conecte con la A-2. La obra ha supuesto una inversión de 37,6 millones de euros.
La subdelegada del Gobierno central en Lleida, Inma Manso, justificó ayer la puesta en servicio de este tramo de autovía por razones de seguridad y para evitar su deterioro. La carretera estaba acabada desde hacía tiempo y se había observado que se estaba utilizando para organizar carreras ilegales de coches y motos. “Era peligroso y hemos precipitado su apertura por ese motivo, no porque creamos que es un tramo imprescindible. Si está abierta, estará más vigilada por los Mossos d’Esquadra”, señaló Manso. El tramo puesto en servicio, con casi un año de retraso, sin ningún acto protocolario y sin informar a los alcaldes de las poblaciones afectadas, corresponde al proyecto de nueva autovía entre Lleida y Sopeira, la alternativa desdoblada de la actual N-230 que conduce al valle de Aran. A partir de Sopeira, con una orografía más complicada y parajes de gran valor ecológico, la autovía será una carretera convencional, con tres carriles en algunos tramos.
Lo curioso del caso es que la vía, que discurre junto al aeropuerto de Lleida-Alguaire, no representa ningún ahorro de tiempo para los automovilistas, ya que para acceder y salir de ella tendrán que recorrer 4,7 kilómetros de viales de conexión con la N-230, una carretera que soporta un tráfico diario de 6.000 vehículos. La finalización de la autovía evitaría cinco travesías urbanas entre Lleida y Alfarràs, un tramo de 25 kilómetros y con 22 rotondas.
El primer tramo, de unos seis kilómetros, entre Lleida y Rosselló se licitó a finales de 2008 por 68 millones de euros, pero las obras, al igual que las del resto del trazado, todavía no están contratadas, con lo que la continuación de la tan reclamada vía rápida para llegar a las estaciones de esquí de Baqueira-Beret y Boí-Taüll tendrá que esperar varios años más.
La autovía entre Lleida y la frontera francesa a través del valle de Aran es una vieja reivindicación de las autoridades y los habitantes del Pirineo, aunque también han surgido voces en contra por razones medioambientales.
El proyecto ha estado sobre la mesa de los últimos Gobiernos del PP y PSOE, pero del conjunto de las obra solo se ha ejecutado el primer tramo, entre Rosselló y Almenar. La falta de planificación de Fomento ha creado malestar entre los alcaldes de la zona, aunque lo que más les preocupa ahora es que no hay calendario para su prolongación hacia el norte y el sur. Esta vía de comunicación constituye un importante corredor para el transporte de mercancías entre España y el sur de Francia.
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