2.000 personas contra el parque eólico de O Galiñeiro

Alrededor de 2.000 personas, según la organización, marcharon ayer a lo largo de siete kilómetros de senderos por la Serra do Galiñeiro para protestar contra el parque eólico que la Consellería de Industria concedió en la zona a Terra do Vento, una filial de la multinacional estadounidense Element Power. Esta vez la acción, la tercera (y más numerosa) en año y medio de estas características, amplía sus críticas a que la cadena montañosa del sur de la Ría de Vigo haya sido excluida de la ampliación de la Red Natura que prepara la Xunta.

En esta ocasión el escritor Manuel Rivas tomó el relevo del también académico Xosé Luís Méndez Ferrín y fue el encargado de cerrar la caminata con su discurso. Antes de su intervención, Rivas calificó de “inexistente” la política medioambiental del Ejecutivo de Alberto Núñez Feijóo. No obstante, se mostró optimista (“no soy de los apocalípticos”) y recordó que todas “las luchas en las que se venció” en Galicia se dieron en el campo del medio ambiente.

En este sentido, cargó contra la “mentira interesada” de que los gallegos carecen de autoestima y opinó que el problema es que la “conciencia ambiental” de la gente “no tiene correspondencia en las élites políticas”. Así, recomendó a los miembros del Gobierno que emulen a los participantes de la caminata y hagan lo propio por todo el país, “pero a pie, no en el coche oficial”. El literato aprovechó, además, para desempolvar el argumentario ambientalista clásico citando al geógrafo francés Elisée Reclus: “El hombre es la naturaleza tomando conciencia de sí mismo”.

Parlamento europeo

Asimismo, recordó su vinculación con O Galiñeiro, que data de cuando vivió en Tui. También de sus viajes a la Galicia emigrante en los que, comentó con retranca, se topó con más gente de Morgadáns (pequeña parroquia de Gondomar sobre la que se asienta la sierra) que del resto del país.

El proyecto de parque eólico, que consta de 13 molinos de 120 metros de altura con una potencia total de 39 megavatios, ha sido alegado por la Plataforma en Defensa da Serra do Galiñeiro —que agrupa a más de 30 colectivos— por su impacto visual, ambiental y sobre el patrimonio. La entidad también ha llevado el caso ante el Parlamento europeo. De momento, la Comisión de Peticiones ha aceptado a trámite la queja, pero aún no se ha pronunciado.