Imaginación y gol del Celta, que hoy despierta pensando en Valladolid
Aspas y Orellana exhiben su talento para sellar el triunfo ante el Alcorcón
Empezó dubitativo y sufridor, pero acabó exultante el Celta, que hoy despertará mirando a Valladolid, esperando un tropiezo que le deje en la segunda posición de la tabla y le conceda la iniciativa en el pulso que mantiene con los castellanos por el ascenso. Restan cinco jornadas y el Celta, de cuyo seno han surgido en los últimos meses lamentos por necesitar muchas ocasiones de gol para marcar, presenta unas cifras realizadoras que invitan a la esperanza: 70 dianas en 37 partidos. El dato, el mejor de la categoría, revela que sobra fútbol y con ese capital se puede ir a cualquier parte, por supuesto a Primera División.
Todo ese caudal ofensivo, tantas soluciones y variables como se puedan imaginar las atesoran Orellana y Aspas, un tímido y un expansivo. Pocos mezclan tan bien. Ayer exhibieron su talento ante un oponente que ha hecho virtud del conocimiento de sus limitaciones. Trabajado y poderoso, el Alcorcón tiene también interesantes futbolistas en ataque. Algunos faltaban ayer, pero aún así incomodó a la zaga celeste, al meta Sergio, que al poco de empezar sacó con los pies un mano a mano de Montañés que pudo cambiar el guión del partido. Trabajó el Alcorcón sin finalizar porque a Riera le faltó puntería y cuando la tuvo se topó con un linier de mirilla fina. Pero marcó tres veces el Celta y en ese sagrado acto exhibió credenciales más lustrosas, las de Orellana, habilidoso en su gol o con visión para dejar pasar la pelota y habilitar a Aspas en el primero, o las del pequeño zar de Moaña, abanderado del bullicio.
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