Tres amores cínicos
'Cosas que hoy decíamos' reúne tres piezas breves con parejas en el punto de no retorno
Neil Labute es un moralista. Sus vitriólicas comedias de costumbres recogen con ironía un catálogo certero de conductas egoístas y de relaciones sentimentales mal cimentadas que sirven de ejemplo al revés. Cosas que hoy decíamos reúne tres piezas breves protagonizadas por parejas en el punto de no retorno. En Aventura, la primera, un miope emocional abandonado por su narcisista exnovio después de una relación larga, lo reencuentra en un restaurante, después de mucho buscarlo, para pedirle explicaciones. En Las furias, Paula y Jim, tras un tiempo de separación pactada, se citan para ver si siguen con su relación adelante, pero, sorpresa, él aparece en compañía de su odiosa hermana, que, so pretexto de padecer afonía, le apunta a Jim al oído respuestas terriblemente paranoicas a cada cosa que dice la pobre Paula, cada vez más acogotada. Y en Tobogán, una mujer empieza a tirar del cabo oculto de la infidelidad de su marido, con consecuencias trágicas.
Cosas que hoy decíamos
Autor: Neil Labute. Traducción: Cristina Genebat. Iluminación: Jaume Ventura. Vestuario: María Armengol y Clara Beluffo. Dirección: Julio Manrique. Teatro de La Abadía. Hasta el 13 de mayo.
Labute ha afinado cada pieza del tríptico en un tono diferente, y Julio Manrique, su director, las ha cosido con gracia e ingenio, y con la valiosa ayuda de Lluc Castell, cuya escenografía representa el restaurante por el que van pasando las parejas, embutido entre un gigantesco paspartú horizontal que encuadra la acción y una cristalera de igual tamaño, al fondo, a través de la cual se ve la calle. Aventura es la crónica humorística y desencantada de una revelación cruel, de la que no parece que el eslabón débil de la expareja gay, interpretada elocuentemente por Iván Benet y Andrew Tarbet (en el papel de don Juan insensible), sea capaz de sacar la lección necesaria. Pero donde el espectáculo adquiere pegada es en el desigual combate que libran la atónita Paula (fantástica Mireia Aixalà mientras carga a su personaje de razón y cuando salta por fin hecha un trueno) y su abrumado novio (eficacísimo Xavier Ricart), apoyado por la fea prima de Zumosol que es su hermana (magnífico trabajo silente de Oriol Ginart). Tobogán, broche de la función, se resiente de que Ernest Villegas no acaba de colocar con gracia las cínicas réplicas que su personaje da a su irónica esposa (Cristina Genebat), pero el conjunto deja buen sabor de boca.
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