_
_
_
_
CONTEMPORÁNEA | PHIILIP GLASS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un martilleo gozoso

Reconocido en las enciclopedias como uno de los más influyentes compositores en la segunda mitad del siglo XX, a Philip Glass se le quedó ayer pequeña la sala de Cámara del Auditorio Nacional, abarrotada por ese público variopinto al que cautiva su absorbente poética sonora: del aficionado sesudo al joven alternativo, el osado gafapasta, antiguos militantes new age y hasta algún secretario de Estado. La ocasión lo merecía, puesto que Glass, estupendo de aspecto y digitación a sus 75 años, planteaba una retrospectiva con los títulos más reconocibles de su Ensemble. Solo echábamos de menos Einstein on the beach, que acabó aflorando fuera de programa y supuso la mejor ocasión para admirar la autonomía de manos del director musical, Michael Riesman.

Había comenzado la tarde con The CIVIL warS, la música para los Juegos Olímpicos de 1984, donde ya se agolpan esas singularidades con las que el de Baltimore ha creado escuela: repeticiones insistentes como un martilleo extrañamente gozoso, modulaciones mínimas, juegos rítmicos, arpegios en cascada. Para la segunda pieza, Music in twelve parts, ya pudimos escuchar a Lisa Bielawa, una de los cuatro teclistas, en su complementaria función de soprano. Era la partitura más árida, con 10 o 15 minutos en los que Bielawa canta en corcheas re-si hasta el agotamiento, como una sirena estática (y extática). Grandes aplausos.

Luego llegaría Koyaanisqatsi, obra endiablada no solo en el título, pero precursora de un impactante lenguaje de cine documental. El sosiego lírico quedó restringido a un fragmento de El show de Truman y, sobre todo, a Façades, que arranca con las notas largas y sin apenas adornos de un saxo soprano y termina desarrollando un fabuloso juego a dos voces. Sirvió de colofón The photographer y sus inquietantes compases quebrados.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_