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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Un Gobierno excepcional

El Gobierno vasco del lehendakari Patxi López es excepcional en muchos aspectos. Nació con el apoyo de dos grupos políticos bien diferentes y aun opuestos. Tiene al frente al primer lehendakari no nacionalista, aunque los socialistas no olvidemos nunca a Ramón Rubial. El Gobierno de López nació, además, bajo la amenaza directa y expresa de ETA, que puso la vida de todas las personas que lo formasen en su punto de mira.

La oposición nacionalista, por su parte, ha estado tres años anunciando, semana sí y semana también, que estamos ante los últimos coletazos de un ejecutivo a punto de desaparecer. Nada de eso ha ocurrido, es evidente, y el hecho cierto es que estamos encarando ahora el último año de una legislatura con plena normalidad democrática y con un saldo político y parlamentario excelente.

Euskadi necesitaba, por fin, un Gobierno que se preocupara de los problemas reales de la gente y no de dividir a los vascos. El Gobierno vasco del lehendakari López ha introducido cambios profundos en la política vasca. Algunos de ellos, irreversibles, como el del fin del terror. El lehendakari se queda corto cuando dice que solo la victoria definitiva de la democracia sobre ETA hace que merezca la pena la legislatura, porque su Gobierno ha hecho mucho más que eso.

Recordemos que el Gobierno de Patxi López se constituyó en pleno estallido de una crisis negada sistemáticamente por sus predecesores pero que en realidad nos afectaba desde antes y con mayor virulencia que al resto de España. Y se enfrentó a ella con firmeza, decisión y eficacia. Con las empresas ahogadas por la falta de pedidos y de circulante este Gobierno impulsó programas de ayudas al tejido productivo real y consiguió resultados innegables en facturación, recaudación y, sobre todo, en el mantenimiento de empleos.

López se ha esforzado en políticas de estímulo y no solo de austeridad

En un momento de desplome de la recaudación el lehendakari está liderando la defensa de servicios sociales valiosos de los que Euskadi es referente. Ha tenido que hacer más con menos. Y lo ha hecho. Con eficiencia, austeridad, rigor y prioridades claras. El de Patxi López ha sido, sin duda, el gobierno más eficiente en muchas décadas. Y con la eficiencia y la austeridad en una mano le ha sobrado legitimidad para, con la otra, poner sobre la mesa uno de los grandes tabúes del país: nuestra estructura territorial y nuestro sistema de recaudación fiscal. Un debate hasta ahora intocable pero que ha venido ya para quedarse.

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No me extenderé sobre realizaciones como la puesta en marcha de Lanbide, del Open Government, de la estrategia de crónicos en Osakidetza, de la primera dirección general no partidista de EiTB, de la implantación del modelo trilingüe en la educación pública, de la reapertura del diálogo social, del plan de empleo dotado con 320 millones de euros pactado con sindicatos y empresarios y, por supuesto, de los 2.180 millones de euros en avales para las empresas vascas impulsados en colaboración con Kutxabank, precisamente en el mismo mes en que el presidente del PNV vaticinó que llegaría la quiebra de Euskadi.

Pero el Gobierno de Patxi López es sobre todo excepcional por su nítido compromiso de salir de la crisis sin desmantelar los servicios públicos, como sí se está haciendo, lamentablemente, en el resto de España y de Europa. Este Gobierno ha hecho un enorme esfuerzo de solidaridad, de cohesión social y especialmente de impulso a la recuperación económica. El lehendakari se ha esforzado desde el principio en promover políticas de estímulo y no solo de austeridad, justo la opción que ahora toma fuerza en Europa y que es obvia al otro lado del Atlántico.

Euskadi tiene un gobierno excepcional, el mejor gobierno que ha tenido en décadas y seguramente el mejor gobierno que podría tener. Pero quedan asuntos pendientes. El primero, asentar la convivencia deteriorada por el terrorismo a lo largo de cinco décadas terribles y hacerlo con decisión, sinceridad y respeto por nosotros mismos. La propuesta que Patxi López transmitió el día 8 de marzo en el Parlamento vasco y la posterior aprobación de una ponencia parlamentaria sobre pacificación (con acuerdo prácticamente unánime de la Cámara), demuestra que también en esta materia contamos con un lehendakari que conoce y lidera el país.

Y nos queda también seguir defendiendo los derechos sociales y ciudadanos, lograr una administración ágil y aún más eficiente, mejorar la educación para incrementar nuestras oportunidades, abrirnos más al mundo. Nos queda mucho trabajo en la misma estela que este Gobierno ha marcado en esta primera legislatura del lehendakari López.

Dentro de un año tendremos delante el dilema de decidir si queremos retroceder a ver si el nacionalismo termina de aprobar sus asignaturas siempre pendientes o preferimos seguir avanzando en esa senda que el Gobierno del lehendakari López ha abierto durante una legislatura realmente excepcional, en todos los sentidos.

José Antonio Pastor es portavoz del PSE-EE (PSOE).

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