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Diego Gracia | Médico y filósofo

“Nos educan para pisar al otro y lo estamos pagando”

El experto en Bioética Diego Gracia, en San Sebastián.
El experto en Bioética Diego Gracia, en San Sebastián.JAVIER HERNÁNDEZ

El médico y filósofo Diego Gracia, referente internacional en Bioética, está convencido de que hoy más que nunca se tiene que dar una sociedad deliberativa en la que se “analicen en profundidad” los valores. Para reflexionar sobre la trascendencia y la importancia de gestionarlos bien en tiempo de crisis, Gracia, amigo y discípulo del filósofo vasco Xabier Zubiri (1898-1983), participó ayer en el primer encuentro del 5º Ciclo Diálogos de Ética, Humanismo y Ciencia celebrados en San Sebastián.

Pregunta. ¿Qué diagnóstico hace de la crisis?

Perfil

Diego Gracia (Madrid, 1941) lleva 41 años dedicado a la enseñanza de valores. Es doctor en Medicina por la Complutense, y diplomado en Psicología Clínica. El director de la Fundación Xabier Zubiri y profesor y pionero en la Bioética, imparte numerosos cursos al año y es doctor honoris causa en varias universidades españolas y latinoamericanas. Fue el organizador del primer máster de Bioética en España y ha escrito varios libros. Prudente y reflexivo, está casado y tiene cuatro hijos.

Respuesta. Los diagnósticos se agrupan en dos; los que ven una crisis económica que sufrimos desde 2007 y que creen que nos tienen que sacar de ella los ministros de Economía, que indudablemente tienen que hacer su labor, pero eso es un trabajo coyuntural. Y están los que opinan que el problema de fondo es más profundo y necesita un cambio estructural.

P. ¿En qué consistiría ese cambio?

R. Hay que tener en cuenta los valores, ya la economía es un valor en sí mismo, pero están en juego otros valores en la sociedad. No todo se basa en lo económico; está la justicia, la solidaridad, la libertad,...El problema está en si no hemos supeditado mucho estos valores al económico de tal manera que hemos estado ilusionados con una cultura que en este país se ha conocido como la del pelotazo, es decir, hacer dinero rápido.

P. ¿Se han perdido valores?

“Somos auténticos analfabetos, no sabemos educar en valores”

R. Los valores han cambiado en nuestra sociedad. Si pensamos en nuestras abuelas recordaremos los valores que tenían; trabajo duro, ahorro, frugalidad en el consumo. Esto ha cambiado por una sociedad de consumo y la cultura de endeudarse, por tanto, consumir más de lo que se tiene. Los grandes problemas de este momento son las deudas, no solo la pública del Estado, sino la privada de las familias.

P. La sociedad está tomando conciencia de la crisis de valores vigente. ¿Cómo se debería revertir este modelo?

R. No lo sé. Lo que sí sé porque me he dedicado toda la vida a la educación, es la importancia de educar a las nuevas generaciones porque los valores no se transmiten por la palabra solo, sino fundamentalmente por imitación.

P. ¿Hemos perdido la capacidad de transmitir valores?

R. El mundo de los valores es un mundo desconocido. La educación se ha basado en educar en hechos no en valores. Somos auténticos analfabetos, no sabemos educar en valores. Lo que quiere todo el mundo es imponer sus valores a los demás; la Iglesia quiere meter los suyos, los partidos políticos lo mismo. Pero es un error, un desastre, eso no es educar.

P. ¿Se educa en valores en los centros de enseñanza?

R. No, no se está haciendo. He ojeado prácticamente todos los libros de enseñanza media sobre educación en valores y son un desastre, están mal hechos. Además, los profesores tampoco saben lo que es la enseñanza en valores, ni cómo se gestiona. Es un tema complejo sobre el que se pueden tener las cosas claras y hacerlas bien o no tenerlas.

P. Lo que para uno es un valor para otro quizá no lo sea.

R. Desde Platón, los valores son objetivos y cada uno sabe cuáles son los verdaderos o falsos. Al que no tiene los míos tengo que traerlo al redil por las buenas o por las malas. Esta es la tesis clásica y así se ha enseñado y se han comportado los padres con los hijos. Hemos pasado a otra tesis moderna en la cual hay un pluralismo en la sociedad y los valores son subjetivos; cada uno los tiene diferentes y además son racionales por lo tanto lo mejor es no discutir porque es casi una falta de educación.

P. ¿Y cuál es el camino para educar en valores?

R. Los valores ni son puramente objetivos, como decían los antiguos, ni son subjetivos como dicen los modernos. Sobre los valores hay que reflexionar. Tenemos la obligación de que sean razonables, prudentes, responsables, ponderados, sabios. Esta es la educación en valores, que se llegue al consenso.

P. ¿En crisis es más fácil hablar de valores?

R. Sí, estamos más sensibles para tratar estas cosas. Es más fácil hablar de ello que cuando estábamos en época de opulencia. Las situaciones de crisis son para reflexionar y dar un golpe de timón. No será fácil saber hacia dónde pero hay que reflexionar, madurar. El procedimiento para gestionar los valores es la deliberación y en cuestiones colectivas, la deliberación colectiva es complicada porque cada uno va a lo suyo. Ser capaz de ver al que piensa distinto no como enemigo sino como esa persona que te puede ayudar a ser más prudente, se aprende. Este debería ser el objetivo de la educación desde los cuatro años pero desgraciadamente no se hace así. Se nos educa para triunfar y para pisar al otro. A lo mejor lo que estamos padeciendo es la consecuencia de eso y lo estamos pagando.

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