Máis Galiza asegura que se ha lllevado el 20% de los ediles del BNG
La dirección del Bloque niega la cifra pero admite daños “en la zona de Santiago”
Las fracciones recientemente escindidas del BNG aún no han acabado de recontar sus fuerzas. Al menos eso aseguran las direcciones del Encontro Irmandiño de Xosé Manuel Beiras y de Máis Galiza, la corriente que encabeza Xoán Bascuas. Eso sí, fuentes de esta última calculan que cuentan con unos 120 ediles electos repartidos por toda Galicia. Los irmandiños, por su parte, hablan de “varias decenas, entre 30 y 50”, pero no arriesgan una cifra. De confirmarse estos datos, más de la quinta parte de los concejales elegidos en las listas del Bloque en las elecciones del 22 de mayo de 2011, un total de 590, estarían fuera de la organización. Y pese a que esta reclama formalmente las actas, pocos han accedido a ello.
La ruptura de Máis Galiza, corriente nacida en el seno del BNG y que aglutinaba la oposición interna a la Alternativa pola Unidade de la UPG, escenificó además su propia división intenra. Ni diputados ni alcaldes respaldaron la decisión abrumadora de la militancia, un 70%, de abandonar el frente de partidos. No obstante, la formación de Bascuas asegura tener de su lado a, por lo menos, dos alcaldes, uno en la provincia de Ourense y otro hacia el sur de Pontevedra. El alcalde de Castrelo de Miño, Xurxo Rodríguez, miembro de Máis Galiza antes de la salida de la corriente y actual miembro de la Executiva Nacional del BNG, no oculta su simpatía por los escisionistas. “Todavía estamos en el proceso, pero es un goteo constante”, aseguran fuentes de la dirección de Máis Galiza. Y, exponen, “hay concejales del BNG que asisten a las reuniones de Máis Galiza.
De proceso no cerrado también califican la situación los irmandiños. Más remisos a, o menos preocupados por, ofrecer una evaluación de su fuerza municipal, en sus filas sí milita un alcalde, el de Teo, Martiño Noriega. Y otro, David Rodríguez, de Manzaneda, se encuentra muy cercano a sus postulados. “Nuestros ediles son varias decenas, entre 30 y 50”, explican desde los órganos rectores del Encontro Irmandiño. Pero, al mismo tiempo, advierten, las cuentas resultan difíciles de echar. “Hay gente que se ha marchado del Bloque y se ha marchado para casa”, explican, “y otros han tomado la decisión, pero aún no la han formalizado”.
Tampoco la dirección del BNG sabe cuántas bajas ha sufrido. O, al menos, no las hace públicas. No otorgan crédito a los cálculos de Máis Galiza, aunque admiten que las escisiones encabezadas por Beiras y Bascuas sí han tenido peso “en el área de Santiago”. La salida del grupo municipal de Ames, cuya número 1, Pilar Candocia, fue alto cargo en la Vicepresidencia del bipartito, o de prácticamente todo el equipo de gobierno de Teo, así lo certifican. Fuentes cercanas a Guillerme Vázquez, el portavoz nacional del Bloque, no niegan, además, que las rupturas han afectado especialmente a la organización juvenil de los nacionalistas, Galiza Nova. La abandonaron casi 40 militantes de la Mocidade Nacionalista Galega, vinculada a Máis Galiza.
40 militantes dejan el frente nacionalista en Gondomar
Alrededor de tres cuartas partes de la militancia del BNG de Gondomar, más de 40 personas, se han dado de baja de la formación frentista. Entre ellos el exalcalde y portavoz municipal, Xosé Antón Araúxo, los otros cuatro ediles electos y el responsable local, Pepe Valverde. Se trata, en su mayoría, de militantes independientes, no adscritos a ninguna corriente interna. Con todo, algunos de ellos sí que forman parte de los grupos que —como Máis Galiza y Encontro Irmandiño— se han ido escindiendo de la casa común del nacionalismo después de la asamblea de Amio.
Los cinco concejales, que forman el principal grupo de la oposición al Gobierno de centro-derecha de esta localidad pontevedresa, no renunciarán a sus cargos en la corporación y se aglutinarán con el resto de la militancia escindida y unas 25 nuevas altas bajo el paraguas de la Asamblea Nacionalista de Gondomar.
En declaraciones a EL PAÍS, Araúxo ha expresado su deseo de contribuir a la articulación del denominado Novo Proxecto Común del nacionalismo gallego. Se dice “triste” tras más de 30 años de militancia en el Bloque, pero los resultados y resoluciones salidos de Amio, argumenta, no dan “una mínima razón” para quedarse. Según sus datos, en Gondomar queda una docena de militantes en el BNG, y vaticina que la decisión de la mayoría de la agrupación, la más potente de la comarca de O Val Miñor, tendrá un efecto arrastre en Baiona y Nigrán.
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