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Joyas de la periferia

El actor está de doblete: dirige ‘Antes te gustaba la lluvia’ y protagoniza ‘Como por un tubo’. En medio hace un trayecto de café, dulces, y hasta un hospital donde se sintió arropado

El actor Miguel Ángel Solá, en el teatro Infanta Isabel.
El actor Miguel Ángel Solá, en el teatro Infanta Isabel.B. PÉREZ

1. Teatro Carlos III de El Escorial. A eso se le llama soñar despierto. El conjunto del edificio es una maravilla. Una auténtica bombonera, desde el escenario, el patio de butacas, la cafetería, los lavabos. Y además programa muy bien, por lo que vale la pena una excursión desde la capital o cualquiera de sus muchas localidades cercanas para admirar esta joyita.

2. Restaurante De María. Cualquiera de ellos, su comida, limpieza, atención, relación calidad precio, es mi preferido y es una buena manera de acercarme a la gastronomía que nos gusta a los argentinos. (Félix Boix, 5. Correo, 2. Gran Vía, 72 y Avenida de Las Moreras, 42. Majadahonda)

3. La calle de Alcalá. Desde la Puerta de Alcalá, con ese gran parque del Retiro en uno de sus esquinazos, incluyendo el exacto lugar en que le nace ese afluente llamado La Gran Vía, y hasta donde dan los ojos… Ningún sitio mejor que ese donde uno puede imaginar las premoniciones de Lope, el inventor de Madrid.

4. El metro de Madrid y el Cercanías. Madrid es irrepetible en la concepción de su transporte. Está comunicada con inteligencia y sensibilidad, a pesar de los millones de coches que entufan su aire. Metro y Cercanías es de lo mejor que he conocido en el mundo y, por supuesto, lo uso mucho.

5. Edificio de Correos, sede del Ayuntamiento de Madrid. He pasado tiempo mirándolo y me deslumbra, arropado en un chaflán de la plaza de la Cibeles. Madrid es un muestrario de bellezas, a cuál más impactante, pero este edificio, al que no me animé a entrar por miedo a que fuese menos que por fuera, es un derroche de talento.

Miguel Ángel Solá (Buenos Aires, 1950) llegó a España en 1988 y se instaló en Madrid hace casi 15 años. No para. Actúa en Como por un tubo (a partir del 13, en el teatro Lara) y dirige Antes te gustaba la lluvia, que urdió mientras afrontaba su separación.

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6. Confitería Atuel. Hace nada la descubrí en Majadahonda, a pocos pasos de De María, en esa localidad y es riquísimo lo que ofrecen a sus clientes. Excelentes productos y para todos los gustos. Más aún si se es goloso, pero no es imprescindible. (Avenida de Las Moreras, 42. Majadahonda)

7. Hospital Ramón y Cajal. ‘¿Quéee?”, se preguntarán. ¡Síííí, amigos! Es uno de los sitios en los que mejor me han cuidado en épocas malas y donde me he sentido arropado. Y también es Madrid. Sus profesionales son de aúpa.

8. Teatro Infanta Isabel. Ya me gustaba como espectador acudir a este bello teatro de la calle Barquillo (24). Ahora, trabajando en él, me repito: Arquitectos teatristas eran los de antes. Con unos céntimos más encima, el ideal para actuar, por capacidad y posibilidades. Y muy bonito. Y, a veces, Rafael Álvarez El Brujo suele trabajar allí, ¡por algo será! ¿no?

9. La Casa del Libro. Aunque pocas para mi gusto, Madrid tiene unas librerías que, una vez conocidas, te niegas a olvidar. Elijo a La Casa del Libro como embajadora de todas ellas en esa imprescindible Gran Vía (29). He pasado momentos en familia muy bonitos allí.

10. Ché. Es un barcito pequeño atendido por sus dueños situado en Las Rozas. Se puede tomar un rico café, comer cositas bien elaboradas, y sobre todo, se puede conversar a media voz, y escribir hasta razonando. Quien ha estado allí alguna vez sabe de qué hablo. (Solana Blanca, 3. Las Rozas)

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