Alarte desoye a Puig y dimite de portavoz en las Cortes

La primera consecuencia del congreso de Alicante es una crisis en el grupo parlamentario. Pese a que el nuevo líder le pidió que esperase a presentar su renuncia ante la nueva ejecutiva, que todavía no ha sido convocada, el derrotado candidato a la reelección en el 12º congreso del PSPV-PSOE, Jorge Alarte, no dejó pasar más que unas horas desde que terminó el cónclave con la victoria de su adversario, Ximo Puig, para formalizar su dimisión como portavoz parlamentario socialista en las Cortes Valencianas.

Alarte registró en la mañana de este lunes una carta al presidente de las Cortes Valencianas, Juan Cotino, en la que explicaba su renuncia y comunicaba que, a la espera del nombramiento de otro síndic, queda provisionalmente al frente del grupo la portavoz adjunta primera, la diputada Cristina Moreno. También envió una carta al nuevo secretario general del PSPV-PSOE en la que confirmaba por escrito lo que le había comunicado ya por teléfono la misma noche del domingo.

El ex secretario general de los socialistas valencianos anunció, durante la campaña interna de cara al congreso del partido, que si resultaba derrotado abandonaría el cargo de portavoz en la Cámara autonómica. Aunque Puig especuló con la idea de que Alarte continuara al frente del grupo, la realidad es que el derribo del secretario general ha descabezado el grupo parlamentario.

El hecho de que no haya previsto ningún pleno hasta el próximo 25 de abril da un margen a la nueva ejecutiva, que no se reunió este lunes porque los médicos recomendaron reposo a Puig tras el desvanecimiento que sufrió minutos antes de la clausura del congreso, pero todavía no tiene fecha, para conformar la nueva dirección del grupo parlamentario. Tarea delicada no solo porque en las Cortes hay una amplísima mayoría de diputados del sector de Alarte, derrotado en el congreso, sino porque también hay que buscar un equilibrio entre los intereses de Leire Pajín, ahora número dos del PSPV-PSOE, y el propio Ximo Puig.

El exsecretario general de los socialistas valencianos acudió a media mañana de ayer a las Cortes y recogió sus pertenencias y papeles en el despacho de portavoz del Grupo Parlamentario Socialista. Acompañado por miembros del grupo, con los que departió afectuosamente, explicó que se dedicará a tres cosas. “Quiero cumplir mis obligaciones como diputado”, señaló en primer lugar. “No voy a hacer como esos que no acuden a las Cortes”. El segundo propósito de Alarte es “hablar y estar con los compañeros”. Y el tercero, según explicó: “Ayudar a mi partido y al secretario general en lo que me pida”.

El nuevo secretario general tuvo poco éxito en lo primero que le pidió, que no era otra cosa que mantuviera sus funciones en la Cortes y en el partido hasta que Puig adopte alguna decisión sobre el grupo y se haga cargo efectivo de la dirección de la organización. En principio, Alarte estará hoy en la sede del PSPV-PSOE, en la calle de Blanqueries, para recibir a Puig y hacer el traspaso de poderes.

“Caminando desde casa llego a las Cortes en 17 minutos”, destacó Alarte, que dejará de moverse bajo el protocolo de cargo relevante. “Es un paseo muy agradable”. El ya exportavoz explicó que pedirá al nuevo portavoz del grupo socialista que lo ubique en la fila más alta de la oposición, en el hemiciclo de las Cortes Valencianas y que le sea asignada alguna de las plazas en comisiones parlamentarias que queden vacantes tras la remodelación del equipo.

Por su parte, el flamante vicesecretario de Organización del PSPV-PSOE, Alfred Boix, dijo a la agencia Efe que la nueva ejecutiva del PSPV-PSOE aprovechará la Semana Santa para ponerse al día. Su primera reunión podría ser mañana, o incluso más tarde, en todo caso antes de que se retome la actividad parlamentaria tras las vacaciones de Pascua, para “una primera toma de contacto”. Boix, que es también diputado autonómico, señaló que en ese primer encuentro se fijará una reunión con el grupo parlamentario para decidir quién se hace cargo de la portavocía tras la dimisión de Alarte.