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Un paseo por la memoria

El hispanista, que prepara una biografía sobre Buñuel, dibuja un recorrido por Madrid donde se mezclan sus primeros recuerdos, las patatas bravas y Lavapiés, su barrio

Ian Gibson fotografiado delante de la estauta del compositor Agustín Lara, en lavapiés, su barrio.
Ian Gibson fotografiado delante de la estauta del compositor Agustín Lara, en lavapiés, su barrio. BERNARDO PÉREZ

1- Cementerio Civil. Están todos los heterodoxos, rojos, ateos, judíos, la gente de la II República y de la Institución Libre de Enseñanza. Y al otro lado, la Almudena, inmenso cementerio de los otros. Son las dos Españas. Voy muchísimo al cementerio civil, es una magnífica clase de Historia.

2- Museo Reina Sofía. Porque al estar haciendo la biografía de Buñuel tiene que ver mucho con el surrealismo y tiene una colección de Juan Gris, que me encanta, es madrileño y muchos no lo saben.

3- Plaza de la Villa. Es el Madrid viejo donde pasé los mejores momentos cuando empecé con esto de ser hispanista porque la hemeroteca estaba ahí. Me encanta volver es un pequeño viaje nostálgico con el que recuerdo el convento de al lado, los gorriones, las campanas…

4- Jardín Botánico. Es un pequeño rincón de Francia, el pequeño Versalles en el corazón de Madrid. Representa la mesura francesa. Y es un jardín fantástico. Cuando hecho de menos Granada, que me sucede mucho, me acerco donde hay un granado y me siento.

5- Plaza Santa Ana. Porque está el Teatro Español y chiringuitos para tomarte unas copas. Es un centro social. Voy con frecuencia al Callejón del Gato (calle Álvarez Gato) con los recuerdos de los espejos cóncavos de Valle-Inclán a pensar en Luces de Bohemia y a comer bravas. También voy a La Trucha (Núñez de Arce 6) donde dan acedías que en Madrid casi no hay.

Entre el sur y Madrid

Ian Gibson nació en Dublín el año que acabó la Guerra Civil española, 1939, una constante en su obra. Biógrafo de Machado, siente fascinación por la II República. Conoció Madrid con 18 años y se trasladó a España en 1978. Antes de Madrid vivió en Granada.

6- Residencia de Estudiantes. Es un sitio sagrado laico para mí por su vinculación con la Institución Libre de Enseñanza y por la gente que había antes de que nos viniera encima la tragedia. No tenía capilla y daban conferencias de primera fila, como Madame Curie o Einstein que se mezclaban con los estudiantes, con Dalí, Lorca, Buñuel. El ambiente era fantástico. Es el símbolo de la gran España que pudo haber sido y no fue.

7- Calle Altamirano 33. Donde pasé mi primera estancia en España. Era 1955, sin saber una palabra de español, Luis Rosales vivía al lado y yo no sabía que mi destino era una biografía de Lorca. Fue también la primera vez que vi a los grises en acción contra los estudiantes y con 18 años me di cuenta de que España era una dictadura. De vez en cuando vuelvo para reflexionar sobre mi vida de hispanista.

8- Retiro. Para correr y andar un poco. Siempre paso por la estatua de Pérez Galdós y por una librería al lado con azulejos donde la gente puede dejar un libro, yo lo hago, y me gusta ver cuáles han cogido. Soy ornitólogo y me parece un parque fabuloso para oír los pájaros. No entiendo la gente que va con cascos, es una contradicción, me gusta oír a la gente, los animalitos… y su rosaleda es impresionante.

9- Cuesta de Moyano. Voy mucho y últimamente me entristece cuando paso por la caseta de mi librero y gurú, Fernández Berchi, muerto hace poco. Había una especie de red de Internet entre los libreros y cuando quería algo decía: ‘Gibson busca tal cosa’ y siempre me lo encontraba.

10-Lavapiés. Vivo aquí porque está al lado de la Filmoteca que tiene el archivo de Buñuel. Este barrio es mi pueblo pequeño de España, mi Montmartre de Madrid, con sus pendientes, la mezcla de razas… y a cinco minutos de Santa Ana y de un bar estupendo La Casa de Asturias (Argumosa 4), mi local cuando tengo ganas de compartir un vino.

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