La portavoz parlamentaria del BNG asegura que las rupturas “terminaron”
La dirección de la organización no valoró la escisión de Máis Galiza
El laconismo domina las reacciones del BNG a la escisión que el domingo aprobaron 316 militantes (el 69%) de la corriente Máis Galiza. Tal vez porque ni los 14 alcaldes hasta ahora adscritos a la fracción, ni los cuatro diputados, secundan la ruptura, la dirección del Bloque no ha expresado una posición oficial al respecto. Solo Ana Pontón, la portavoz parlamentaria de los nacionalistas que hoy debuta en un Debate de Política Xeral, aventuró ayer algo parecido a un balance. “Estos procesos ya han terminado”, afirmó, “y no afectan al grupo parlamentario”. Los cuatro miembros del mismo que militaban en Máis Galiza son Carlos Aymerich —fundador de las siglas y que el domingo votó en contra de salir del frente—, Isabel Sánchez, Manuel Parga y Ana Luísa Bouza —actual viceportavoz en O Hórreo.
Pero ayer también hubo reunión de la Executiva Nacional del BNG. En ella ya no se sentaron ni Xoán Carlos Bascuas, ni María Méndez, ni Xulia Guntín. Los tres forman parte del órgano rector del nuevo partido, que de momento mantiene el nombre de Máis Galiza. Bascuas, de hecho, es el secretario general y quien encabezó la opción escisionista en la asamblea del domingo. La Executiva Nacional del Bloque, sin embargo, no emitió ninguna valoración oficial sobre la decisión de varios cientos de afiliados de abandonar el Bloque. Tampoco aclaró los nombres de quienes sustituirán a los que han anunciado que renuncian a la militancia en el BNG.
El poder de Máis Galiza, la agrupación que Aymerich y la exconselleira Teresa Táboas conformaron en 2009 para ejercer como contrapeso interno a la Alternativa pola Unidade nucleada por la UPG, se asentó sobre todo en los alcaldes. Los 15 que llegó a tener vertebraron los manifiestos previos a la Asemblea Nacional del Bloque que exigían un “cambio de rumbo” a la organización. De ellos, uno se bajó a lo largo de las semanas pasadas —el de Maceda, Francisco Xabier Oviedo. Ninguno de los otros 13 abandonarán, por el momento, el BNG. Se trata de los regidores de Tomiño, Monforte de Lemos, Pobra de Brollón, Ribadeo, Mondoñedo, Salceda de Caselas, Bueu, Vimianzo, Zas, Rianxo, Mugardos, Mezquita, Vilar de Santos y Castrelo de Miño.
“Este es un proceso dinámico”, aseguró ayer a este periódico Xoán Carlos Bascuas, “y en cada lugar donde hay militantes o cargos de Máis Galiza debemos tener en cuenta sus características específicas”. Aunque los alcaldes no respalden la escisión, sí lo hacen numerosos concejales electos. El nuevo partido se encuentra todavía evaluando cuáles son sus fuerzas. Maneja, además, un informe jurídico sobre la situación de los ediles que decidan causar baja en el Bloque.
La tesis vencedora en la asamblea de Máis Galiza, que amparó la escisión, entiende que el BNG incurre en una deriva “soberanista y procomunista”. Además, le incomoda el control que, en su opinión, intenta desplegar sobre los movimientos sociales.
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